Hoy sucedió lo impensable, cuando el alcalde Carlos Felton González acudió a las oficinas del Partido Revolucionario Institucional para reunirse con el dirigente Ricardo Ramírez.
Eran las 12:00 horas cuando el primer edil de extracción panista llegó a la sede del tricolor, en el lugar lo esperaban reporteros y fotógrafos, quienes desde momentos atrás cuestionaban el motivo del encuentro.
Sin más preámbulos se dirigió a la oficina, ahí lo esperaban Ramírez y Bety Bonnel, la fórmula que tan sólo hace unos días tomara posesión.
“Vine a saludar a un amigo, al dirigente del partido que junto con nosotros y con el PAN gobierna Mazatlán y esto obedece a los nuevos tiempos de la política”, dijo Felton González.
“No razono la política de encono, no razono la política de enfrentamiento que no lleva a nada sino que razono la política como la gran oportunidad de conciliar intereses de ponernos de acuerdo y generar resultados a la sociedad”, abundó el alcalde.
Con mirada atenta y su característico semblante de tranquilidad, Ricardo Ramírez escuchó al alcalde quien se “deshizo” en elogios hacia los regidores del PRI, de quienes dijo tienen un gran reto en materia partidista y que en lo que va de esta administración han representado a su partido dignamente.
“Son regidores que cuestionan, preguntan, que reclaman, y que han tomado decisiones importantes y trascendentes para Mazatlán”, comentó.
Heriberto Navarro, Inés Zepeda, María del Refugio Quintero y Guillermo Quintana Pucheta no faltaron al histórico encuentro y fueron fieles testigos de las palabras del presidente municipal.
Ramírez, que es un hombre de pocas palabras expresó que lo que es bueno para Mazatlán lo es para el partido y que esa situación los une.
“No creo que habiendo proyectos que beneficien a Mazatlán podamos estar en pugna, al contrario, ayudarlos, hemos platicado con ellos están en la misma onda en la misma señal así que siendo bueno para Mazatlán no hay diferencia”, dijo.
El también ex alcalde aprovechó para resaltar que el encuentro era sin amarguras, sin rencores y sin agravios.