Las autoridades sanitarias determinaron que la mortandad de peces y aves reportadas de manera reciente en el Mar de Cortés se debió a “la presencia de marea roja en la zona”, de acuerdo con los resultados del muestreo realizado en almejas y en el contenido gástrico de ejemplares localizados muertos en las playas que arrojaron niveles altos de saxitoxina.
Ante los resultados, se instrumentó en Baja California una veda sanitaria de consumo de productos pesqueros extraídos en el puerto de San Felipe y el Alto Golfo de California, en particular la sardina, almeja, ostra, mejillones y otros moluscos bivalvos.
La Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios del Instituto de Servicios de Salud Pública del Estado (Isesalud) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos sanitarios (Cofepris) anunciaron que esta veda representa una medida preventiva para evitar riesgos en la salud de la población por lo que se prohibió hasta nuevo aviso la extracción, comercialización y consumo de productos de la pesca procedentes de estas zonas ubicadas en el Mar de Cortés.
El Sector Salud de Baja California solicitó a los establecimientos que comercializan productos de mar la suspensión inmediata de la venta de sardina y de moluscos bivalvos capturados el 13 de enero para prevenir un brote por intoxicación.
También hizo un llamado a la población para evitar el consumo de productos de la pesca provenientes de esta zona por el riesgo de sufrir intoxicación y, en caso extremo, el síndrome de envenenamiento paralizante por consumo de marisco, por lo que de presentar algunos síntomas deben acudir a una unidad de salud, además de mantenerse atentos a la información que realicen las autoridades sanitarias.
La marea roja produce altos niveles de toxinas en las algas que pueden provocar intoxicación y envenenamiento de seres humanos, además que a través de la cadena alimenticia puede tener repercusiones negativas en otros organismos vivos.
Los principales síntomas de intoxicación se producen entre los cinco y 30 minutos después de la ingesta de productos y se manifiestan en debilidad muscular, vómito, dolor abdominal, diarrea, sensación de adormecimiento de labios, hormigueo en manos y depresión de la respiración por parálisis de músculos intercostales, paro respiratorio y paro cardiaco, convulsiones, alteración de la presión sanguínea e infarto en miocardio.
La Jornada