Opinión y Análisis: Clínica del IMSS de Prados del Sol, entre mentiras oficiales y promesas incumplidas de políticos

La tan mencionada construcción de la clínica del IMSS de Prados del Sol data de cuando menos hace 20 años. A mediados de la década de los años 90, el entonces delegado del IMSS en el estado, Octavio Espinoza, dio a conocer a los medios de comunicación el proyecto de construcción de una Unidad Médica Familiar, que se ubicaría en donde hoy se ubica Prados del Sol.

El proyecto quedó en el plano de la declaración pública. En el año 2007, fue el entonces alcalde Alejandro Higuera, quien dio como un hecho su construcción. Describió el proyecto con lujo de detalles y dio montos presupuestarios: “La inversión será de 190 millones de pesos”, anuncio Higuera.

Para el 26 de septiembre de 2013, El Director General del IMSS, José Antonio González Anaya, se comprometió ante el Gobernador y representantes de las cámaras de comercio, a canalizar inversiones en infraestructura hospitalaria para Sinaloa. Todo quedo en promesas.

El 27 de agosto del 2014, el actual delegado del IMSS, Adalberto Castro, anunció una inversión de 185 millones de pesos, para la construcción de la mencionada clínica de Prados, que iniciaría en octubre de ese año. Ni una piedra fue colocada.

La clínica del IMSS, que se ha planeado por años “podría iniciar en octubre (2015)”, dijo el subdelegado del Instituto, Samuel Lizárraga, el pasado 13 de julio de este año. Fue una declaración más.

Mientras los funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social, políticos, funcionarios y miembros de la iniciativa privada anuncian una y otra vez la construcción de tan manoseado proyecto, la realidad de los derechohabientes es cada vez más asfixiante a la hora de requerir los servicios de salud de ese Instituto. Cientos de horas-hombre se pierden entre el espeso burocratismo, la ineficiencia y apatía del personal administrativo; muchos enfermos se quedan meses esperando una cita; otros, no alcanzan a recuperar su salud y mueren, en el peor de los casos, por falta de material, de equipo y de personal especializado. El caso más patético es la muerte de más de 13 bebés por contaminación de bacterias en la Ciudad de Culiacán. Esa tragedia sigue pendiente de aclaración.