A pesar de las críticas y los comentarios negativos de algunos, creo que nuevamente el Par Vial volvió a cumplir su objetivo: evitar el caos, el congestionamiento y por ende, darle fluidez vehicular a la zona dorada.
Desde que esta estrategia vial se puso en operación para los días de Semana Santa, se ha demostrado que se acabaron aquellas escenas caóticas en la avenida Camarón Sábalo.
“Camionetonas” arriba de las banquetas, casi encima de los camellones, en los estacionamientos de los supermercados, una autoridad rebasada por la muchedumbre, incontrolables “ríos” de gente pasando la avenida en estado alcoholizado, músicos entonando “narcocorridos”, etc, etc, etc.
¿Se acuerda?
Todo eso, se ha terminado. Y qué bueno.
¿Quiénes pegan de gritos?
¿Quiénes se molestan?
Lógicamente los que antes, en el pasado, hacían negocio redondo con el caos y el desorden. Los que aplicaban aquella frase de..”a rio revuelto, ganancia de pescadores”.
No, no se trata de defender a quienes tuvieron la idea de implementar esta medida, sino se trata del beneficio de Mazatlán como destino turístico de primer nivel.
Se trata de darle una estancia placentera a la gente que nos visita y a nosotros mismos.
En aquellos días de Semana Mayor, lo recuerdo bien, la zona dorada era, sin quitarle ni ponerle, la cantina más grande del mundo.
¿Sí o no?
Y quienes se dedicaban al comercio del alcohol (supermercados, depósitos, expendios y alguno que otro restaurante) ni pío hacían, claro, se hinchaban las bolsas de billetes, a costa de pegarle en la….al destino.
Que ocurrió un lamentable accidente. Sí, es cierto. Una señora murió en un choque, justo en el tramo que comprende el Par Vial, pero habría que investigar bien cómo es que se originó ese percance.
Insisto, que bueno que el Par Vial volvió a cumplir su fin y espero que el próximo alcalde lo mantenga y no se deje presionar, lo peor sería que el caos y la anarquía regresaran a la zona dorada en Semana Santa.
Lo ganado no se puede volver a perder.
Hasta mañana.