REFLEXIONES DE LA TARDE, CON ANDRÉ LUIZ. SEÑAL DE PELIGRO

 

Habitúese a considerar el resentimiento, como señal de peligro, que se debe claramente evitar.

Si la razón para la queja es algún problema doméstico, anote en silencio la manera por la cual usted puede cooperar, en la armonía del grupo familiar y auxilie para que el punto neurálgico sea extinto.

Ante una criatura de quien recibió o esté recibiendo ofensa o dificultad, medite en el valor que esa misma persona tiene para los demás y olvide cualquier motivo de resentimiento que le haya llegado al corazón.

En los desajustes de opinión o comportamiento, admita en los demás la misma libertad de pensar que la vida implantó en su mente.

Lo que muchas veces tomamos por indiferencia o desconsideración de aquellos que nos rodean, es cansancio o enfermedades de ellos, y no hostilidad hacia nosotros.

Fracasos, de cualquier manera, son siempre convites a que partamos para nuevas y mejores tareas, compeliéndonos a salir de la inseguridad.

Dedicaciones incomprendidas son cursos de perfeccionamiento íntimo en que podemos aprender a amar sin el culto del egoísmo, en el cual “ser amados” acostumbra ser nuestra preocupación.

Perdone cualesquiera de los golpes con que la vida le esté suministrando lecciones de experiencia y recuerde que usted está en el río de bendiciones en que Dios situó la bendición de su vida.

El trabajo, especialmente cuando se exprese por servicio a los demás, es lo que nunca falla contra cualquier peligro, en el campo del espíritu.

Resentimiento es siempre inducción a la enfermedad y desequilibrio; ante problemas y obstáculos con que seamos enfrentados, en los caminos del tiempo, recurramos a la oración y la oración nos renovará por dentro, transfigurando la sombra en presencia de luz.
FUENTE / AUTOR: XICO XAVIER PSICOGRAFIAS

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