Por Adrián Simental.
Hola amigos, bienvenidos a su columna rodando el balón, esta ocasión hablaremos acerca de la pobre imagen que dejó el representativo nacional en el último partido de preparación que significo la despedida de suelo mexicano, rumbo al mundial de Rusia 2018, a falta del último encuentro ante Dinamarca en Europa.
Estoy realmente triste, parece que el panorama no pinta bien, mejor dicho, no pinta nada bien, como seguidor de corazón de la selección mexicana, también tengo que ser objetivo.
El proyecto de Osorio ha sido bueno en resultados o mejor dicho ha cumplido las metas trazadas por directivos y por dueños, pero si nos vamos solo a lo abstracto que llega a ser la obtención de un resultado ante rivales inferiores, porque así pasó en la eliminatoria y confederaciones, retos que Osorio logró cumplir con más penas que gloria en la colectividad de su juego.
Futbolísticamente el equipo está a años luz de jugar en condición óptima de las herramientas humanas que posee.
Es algo abstracto y poco objetivo evaluar por la obtención de resultados y justificarse ante la derrota argumentando que es nuestro nivel y que llegamos al tope ante rivales de mayor jerarquía y calidad.
El equipo no juega a nada, sufre en ante rivales de jerarquía, justamente en las zonas donde Osorio no ha querido ajustar con gente de condiciones por su argumento trillado de condiciones físicas-atléticas, cuando en la actualidad hay más de 20 Jugadores de élite en el mundo con menos de 1,75 mts.
La gente está en su derecho de externar lo que quiera en el marco del respeto siempre, quizá no es lo justo ante la proximidad de la justa pero ante la desesperación es lo más a la mano.
El ambiente es tenso muchos de los jugadores del combinado nacional se muestran a la defensiva o como victimas ante las acusaciones de los medios y afición y eso es grave quizá hasta en el ánimo de los seleccionados, que no queda de manifiesto tienen las herramientas y la calidad para demostrar un mejor nivel dentro de la cancha, esta generación tiene calidad tanto así que la mayoría de los elementos se encuentran jugando en Europa.
Sin duda el partido ante Dinamarca será una gran prueba para poder observar cual será el nivel y las condiciones en las que llega el tri a la competencia ante un rival de mucha calidad y con jerarquía que tiene una de las generaciones más brillantes en los últimos años.
Allá vamos Rusia 2018 con más dudas que certezas y una ilusión que en toda la historia por increíble que parezca en miles de corazones jamás murió.
A nadie les gusta equivocarse, pero esta vez lo deseo con todas mis fuerzas ojalá Osorio y el Tri me hagan tragarme mis palabras.
Nos vemos la siguiente semana con más historias que el balón nos pueda regalar no olviden seguirnos en nuestras redes sociales durante la cobertura de la copa del mundo.
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