Cuatro de cada 10 personas con un empleo formal no tienen un salario digno: OTD

Redacción

Mazatlán Sinaloa QPEM. El 39% de las personas trabajadoras afiliadas al IMSS gana menos de 8,500 pesos al mes, con esa cantidad no logran superar el umbral de la pobreza. Baja California es la única entidad del país donde todos los salarios están por arriba de dicho nivel.

El salario de más de 8.4 millones de personas que laboran en el sector formal, registradas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es insuficiente para comprar dos canastas básicas y con ello superar el umbral de la pobreza, señala el Observatorio del Trabajo Digno (OTD).

Esa cifra representa a cuatro de cada 10 personas en la formalidad. Es decir, no solamente trabajan y no pueden salir de la pobreza, sino que además tienen un empleo que se supondría debería garantizarles mejores condiciones de vida al ser formal.

“Durante 2022 hubo una mejora moderada”, la cual “muy probablemente fue producto del incremento del salario mínimo”, reconoce el OTD.

En enero del año pasado, el 41.5% de las personas con un empleo formal ganaba menos del costo de dos canastas básicas y, debido a las altas tasas de inflación, para diciembre dicha proporción era de 45 por ciento. Aunque para enero de 2023 esa población se redujo a 39 por ciento.

El Reporte temático No. 3 del OTD agrupa a las personas trabajadoras de esta manera según su salario:
Sin salario suficiente: Menos de 10,000 pesos al mes
Salario de sobrevivencia: De 10,00 a 15,000 pesos
Salario digno: De 15,000 a 20,000 pesos
Salario alto: De más de 20,000 pesos
El costo de la canasta básica alimentaria por persona para el área urbana es de 2,143 pesos al mes y en las zonas rurales, de 1,643 pesos hasta enero de 2023, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Sin embargo, el valor monetario de la canasta básica no alimentaria es de 4,275 pesos por persona en las ciudades y de 3,074 pesos en los pueblos.
De los más de 8.4 millones de personas que el OTD cataloga con salarios insuficientes, más de 1 millón gana menos de 6,300 pesos al mes, y cerca de 7.3 millones recibían más de esa cantidad, pero aun así no les alcanzaba para pagar al menos dos canastas básicas, esto representa al 34% de las trabajadoras y los trabajadores con afiliación al IMSS.

¿Quiénes ganan menos y dónde viven?
La media de los salarios de todas las personas trabajadoras afiliadas al IMSS es de 10,401 pesos al mes, según el OTD con base en la información del instituto. Pero esa cantidad disminuye para las mujeres y jóvenes y aumenta para los hombres.
Los trabajadores de más de 30 años ganan una media de 10,576 pesos mensuales. Las mujeres adultas reciben 10,223 pesos, o sea, 353 pesos menos al mes que sus compañeros. “El punto medio de los salarios de jóvenes (15-29 años) es de 10,120 pesos”.
El reporte del observatorio, coordinado por Rogelio Gómez Hermosillo, señala que 23 entidades de la República superan el porcentaje nacional de personas con salario insuficiente, que es de 39 por ciento.

En 12 estados más del 49% de su población gana menos de lo que valen dos canastas básicas, lo que los pone en la clasificación de salarios insuficientes, éstos son:
Sinaloa
Oaxaca
Guerrero
Durango
Michoacán
Puebla
Nayarit
Chiapas
Tlaxcala
Quintana Roo
Colima
Hidalgo
Por su parte, Morelos, Guanajuato, Yucatán, Baja California Sur, Tabasco, Estado de México, Veracruz, Jalisco, Zacatecas, Aguascalientes y Campeche reportan que a entre el 42 y 48% de sus trabajadoras y trabajadores no les alcanza para pagar dos canastas básicas.

En tanto, en la Ciudad de México, San Luis Potosí, Querétaro, Nuevo León, Sonora, Coahuila, Chihuahua y Tamaulipas la proporción de población trabajadora del sector formal con salarios muy bajos es del 39 por ciento.

“Gracias al incremento del salario mínimo en las zonas fronterizas” del norte del país, en dicha región ninguna persona gana menos del costo de dos canastas básicas. Pero por entidad, sólo Baja California ha erradicado por completo “la carencia por salario insuficiente de las personas trabajadoras en la formalidad”.

Fuente: El Economista