Contrario a los 150 millones de pesos que tuvo Andrés Manuel López Obrador en 2018 para llevar a cabo la transición de gobierno, su administración no incluyó en el presupuesto 2024 el llamado “Fondo para la transición” dentro del Ramo 23.
Hasta 2018, el periodo de transición presidencial se daba de julio a noviembre, es decir, cinco meses entre el día de la votación y la toma de protesta. En 2024, gracias a un cambio constitucional, será sólo de junio a septiembre, con un intervalo de cuatro meses.
Peña Nieto también contó con ese fondo de 150 millones de pesos, etiquetados en el Presupuesto de Egresos del 2012 como parte del Ramo 23, cuando el panista Felipe Calderón le entregó la presidencia de la República.
El artículo 43 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establece que “se podrán aprobar recursos en el correspondiente presupuesto de egresos para cubrir los gastos de un equipo de asesores que apoye los trabajos del presidente electo, estableciendo para tal efecto un fondo específico”.
Tanto en 2012 como en 2018, el “Fondo para la Transición” fue etiquetado en el presupuesto de egresos como parte del Ramo 23, denominado “Provisiones salariales y económicas”.
Para el periodo de transición de Peña Nieto se suscribió el contrato del “Fideicomiso de transición 2018” entre la Secretaría de Hacienda, en su carácter de fideicomitente, y Banjercito, en su carácter de fiduciario.