La promulgación de la Ley Calles fue uno de los principales catalizadores de la Guerra Cristera, un levantamiento armado que buscaba anular las restricciones impuestas por el gobierno sobre la iglesia católica
Las medidas de Plutarco Elías Calles incluían la creación de una iglesia nacional separada de la Iglesia Católica, conocida como la Iglesia Católica Apostólica Mexicana, con un templo ubicado cerca del mercado de La Merced en la Ciudad de México. Sin embargo, estas acciones encontraron una fuerte resistencia por parte de la comunidad católica y sus líderes.
La detención de obispos y otros líderes religiosos provocó un levantamiento armado en Jalisco en 1927, marcando el inicio de la Guerra Cristera. Este conflicto, que duró tres años, fue una guerra civil entre mexicanos que resultó en numerosos enfrentamientos y pérdidas humanas. Ni el gobierno ni los insurgentes lograron una victoria definitiva. Los combates cesaron en 1929, gracias a la mediación del embajador de Estados Unidos en México, lo que permitió a la Iglesia Católica retomar algunas de sus actividades. Sin embargo, las tensiones entre la Iglesia y el Estado continuaron por muchos años.
La Ley Calles y la Guerra Cristera representan un capítulo oscuro y conflictivo en la historia de México, reflejando las profundas divisiones sociales y políticas de la época. Hoy, al recordar el decreto de suspensión de cultos de 1926, reflexionamos sobre la importancia de la tolerancia y la libertad religiosa en nuestra sociedad.
Fuente : La Silla Rota