La carrera presidencial de Estados Unidos llega a su punto culminante en Pensilvania, un estado clave que tanto Donald Trump como Kamala Harris consideran crucial para asegurar la Casa Blanca. Los candidatos han centrado sus esfuerzos en este territorio, reflejando una lucha reñida con un electorado dividido y encuestas que indican un empate del 48% entre ambos contendientes, según el New York Times/Siena College.
Harris, la candidata demócrata, tiene programadas múltiples apariciones en Pensilvania, finalizando su jornada con eventos en Pittsburgh y Filadelfia, acompañada de figuras como Katy Perry, Lady Gaga y Oprah Winfrey, buscando atraer una clave electoral en las principales ciudades del estado. Por su parte, Trump apuesta por sus características mítines, con eventos en Pensilvania y Michigan, aunque en los últimos días se ha notado una menor afluencia de asistentes, incluso con algunos lugares parcialmente vacíos y espectadores que abandonan los actos antes de que terminen.
Estas elecciones no solo han sido marcadas por la ausencia de Joe Biden, quien se retiró de la contienda semanas antes de la convención demócrata, sino también por los desafíos que Trump ha enfrentado, incluyendo intentos de atentado. A dos años de anunciar su candidatura, Trump enfrenta una agotadora y polémica campaña en la que ha hecho alarde de su resistencia física y criticado las dudas sobre su edad y estado cognitivo.
Con los 19 votos electorales de Pensilvania en juego, ambos candidatos han intensificado su presencia en el estado. Harris y Trump han apostado fuerte en el que podría ser el último y más determinante esfuerzo para atraer a los votantes indecisos en un desenlace lleno de incertidumbre y tensión.