Cada 19 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Hombre, una fecha instaurada en 1992 por Thomas Oaster para destacar los aportes masculinos a la sociedad y reflexionar sobre los desafíos que enfrentan debido a los roles de género.
Aunque menos conocida que otras efemérides, esta jornada busca fomentar una comprensión más inclusiva de la masculinidad y abordar problemas como la salud masculina, los estereotipos y la discriminación.
Origen e impacto global
Apoyado por figuras como Ingeborg Breines de la UNESCO, el día tomó relevancia mundial en 1999. Sus objetivos incluyen promover modelos masculinos positivos, destacar contribuciones al desarrollo social y visibilizar temas como la violencia, el suicidio y la discriminación hacia los hombres.
Salud masculina: una prioridad silenciosa
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que los hombres tienen una esperanza de vida cinco años menor que las mujeres, debido a factores como riesgos laborales, comportamientos peligrosos y una menor propensión a buscar atención médica. Iniciativas como Movember, que promueve el cuidado de la salud masculina, destacan la importancia de combatir estas tendencias y generar conciencia sobre enfermedades como el cáncer de próstata y la depresión.
Controversias y críticas
Aunque algunos critican la fecha por considerarla una respuesta al Día Internacional de la Mujer, sus defensores insisten en que no busca competir, sino visibilizar problemas específicos que afectan a los hombres y desafiar los modelos tradicionales de masculinidad.
Hacia una sociedad más inclusiva
Con temas anuales como la prevención del suicidio y la seguridad masculina, esta jornada invita a reflexionar sobre cómo los estereotipos limitan a hombres y mujeres, promoviendo un cambio hacia una sociedad más equitativa y comprensiva.
El Día Internacional del Hombre no solo es una oportunidad para celebrar, sino también para cuestionar y avanzar hacia una mejor convivencia entre géneros, derribando mitos y prejuicios que afectan a todos.