Erik y Lyle Menéndez, condenados cadena perpetua por el asesinato de sus padres en 1989, regresaron este lunes a la corte después de casi tres décadas en prisión.
La audiencia preliminar, celebrada en la Corte Superior de Los Ángeles, marcó el inicio de un proceso que podría culminar en la liberación de los hermanos, tras 35 años encarcelados.
Audiencia pública y medidas de seguridad estrictas
La sesión atrajo gran atención mediática, lo que llevó a las autoridades a implementar medidas de seguridad excepcionales. Solo 16 personas del público lograron tener un asiento, asignado mediante sorteo, mientras que los dispositivos electrónicos estaban restringidos. Los hermanos participaron de forma virtual desde la prisión de San Diego, donde han estado excluidos desde 1996.
El juez Michael Jesic lideró la audiencia, diseñada para abordar aspectos procesales precios a una posible resentencia, actualmente programada para el 11 de diciembre. Durante la sesión, se discutió la viabilidad de esta fecha, así como las posturas de la fiscalía y la defensa sobre las nuevas evidencias presentadas.
Un caso que redefine la justicia
Los Menéndez fueron condenados por asesinato en primer grado en 1996, pero han sostenido que actuaron en defensa propia tras sufrir años de abuso sexual, físico y emocional por parte de su padre, José Menéndez. Aunque estas alegaciones fueron en su mayoría excluidas durante el segundo juicio, nuevos testimonios, como los del exmiembro de Menudo, Roy Roselló, han arrojado luz sobre el presunto abuso.
En octubre, el entonces fiscal de distrito, George Gascón, recomendó reducir las condenas a 50 años con posibilidad de libertad condicional, lo que podría hacerlos elegibles para salir de prisión de inmediato. Sin embargo, la reciente elección de Nathan Hochman como nuevo fiscal ha generado incertidumbre, ya que este se comprometió a revisar cuidadosamente el caso antes de tomar una posición.
Los próximos pasos en el proceso
La audiencia preliminar de este lunes se centró en confirmar si la sesión del 11 de diciembre, clave para la posible resentencia, seguirá en agenda. La defensa de los Menéndez, encabezada por Mark Geragos, confía en que las nuevas pruebas y el historial ejemplar de los hermano en prisión respalden su liberación.
El caso también ha captado la atención pública gracias a documentales recientes como Menéndez + Menudo: Boys Betrayed y una producción de Netflix, que han reexaminado los abusos denunciados.
¿Hacia una liberación histórica?
Si se confirma la resentencia, los Menéndez podrían pasar Navidad fuera de prisión, poniendo fin a uno de los casos más mediáticos en la historia judicial de Estados Unidos. Mientras tanto, el gobernador Gavin Newsom mantiene abierta la posibilidad de un indulto, aunque su decisión dependerá del curso legal que tome el caso.
La historia de Erik y Lyle Menéndez sigue siendo un símbolo de los complejos dilemas legales y emocionales que rodean la violencia familiar, dejando en manos del sistema judicial una decisión que podría sentar precedentes importantes.