Entre Lineas

La justicia, ¿para cuándo?

EL HOMICIDIO de Atilano Román, líder de los comuneros expulsados de sus comunidades tras la construcción de la Presa Picachos, muestra una vez más la forma artera e impune en que actúan los criminales en esta entidad.

Es este homicidio un reto más a una autoridad bastante mermada en imagen y en el ejercicio del poder. Es un acto de barbarie por la forma en que dos sujetos armados irrumpen en las oficinas de El Sol de Mazatlán y disparan a quemarropa contra Atilano, mientras éste conducía un programa sabatino de radio que ahí tenía desde hace algunos meses.

La presencia de decenas de agentes, ministerios públicos y del mismo Procurador de Justicia en la escena del crimen, son solo acciones desesperadas de un aparato de procuración de justicia en el que nadie o casi nadie cree.

Atilano fue asesinado literalmente “en vivo”, es decir, mientras estaba al aire en una cabina de radio y dentro de un periódico. Hay muchos mensajes de intimidación en este crimen.

“No quedará impune”. “Se llegará hasta las últimas consecuencias” y “Aplicará todo el peso de la ley”, son lugares comunes en el argot político. Frases gastadas que solo sirven para salir del paso. No se puede creer en los dichos de autoridades cada vez más desdibujadas. Hacen falta hechos. En este momento hay dos asesinos sueltos que ejecutaron la orden de dar muerte a Atilano. ¿Darán con los homicidas materiales?, ¿Se acercará siquiera la justicia al o a los homicidas intelectuales?

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Twitter: @valdez_verde