Que pasa en Mazatlán

Gana Daniel Miranda el Premio de Poesía Clemencia Isaura 2015

El Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 2015 ya tiene un ganador, el poeta Daniel Miranda Terrés, con la obra “Pan: el dios del miedo”, firmada con el pseudónimo “Dionisio”.  La noticia fue dada a conocer este lunes en las oficinas del Instituto de Cultura de Mazatlán, institución  que organiza este certamen y otorga el premio en el marco de la celebración del Carnaval.

Este año, la convocatoria para el Premio Clemencia Isaura de Poesía recibió 219 trabajos, 169 fueron calificados por el jurado, 16 no cumplieron con los requisitos y 34 se recibieron fuera de tiempo.

La entrega oficial del Premio Clemencia Isaura 2015, que consiste en una Flor Natural y 80 mil pesos, se realizará el viernes 13 de febrero, a las 20:30 horas, en el Estadio Teodoro Mariscal, durante la Coronación de la Reina de los Juegos Florales

En conferencia de prensa, el director del Instituto de Cultura de Mazatlán, Raúl Rico González,  el escritor Juan José Rodríguez, coordinador del premio y  Esteban Peraza, realizaron un enlace con la poeta Lucía Rivadeneyra, Presidenta del Jurado Calificador, que también estuvo compuesto por los poetas Jorge Humberto Chávez y Pablo Molinet.

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Rivadeneyra destacó la concisión, solidez, nitidez e intensidad de esta obra que a través de la figura mítica de Pan elabora una exploración de una de las emociones negativas más poderosas: el miedo. La autora también señaló que esta obra rastrea el miedo desde su posible origen mitológico, hasta la presencia que tiene el día de hoy, todo con un notable control ejercido por el poeta ganador sobre sus textos.

Posteriormente, Juan José Rodríguez se comunicó vía telefónica con Daniel Miranda Terrés, originario de Ciudad Netzahualcóyotl, Estado de México, quien no ocultó su sorpresa y emoción ante su triunfo en la edición número LXXXI de los Juegos Florales del Carnaval Internacional Mazatlán.

“Wuau… vaya qué noticia. No lo esperaba en absoluto (risas), es difícil poder decir algo ahora mismo…gracias, muchas, muchas gracias, gracias al jurado, al concurso que en verdad es una honra tener un premio con el nombre de Clemencia, la gente que lo ha ganado, para mí es un verdadero orgullo, no sé qué más decir”, dijo Miranda Terrés quien en 2014 obtuvo mención honorífica en los Juegos Florales Nacionales Francisco González León y Mariano Azuela, en Lagos de Moreno, Jalisco.

Miranda Terrés, nacido en 1988, destacó que “Pan: el dios del miedo” es su ópera prima, y la calificó como un proceso de sanación en el que enfrentó sus miedos más íntimos, y también buscó crear una obra inquietante.

“El miedo es como una forma de vida, es una compañía. Diría Jodorowsky, el libro fue un proceso de sanación de espíritu. Él dice, ‘Si estás meditando, y se acerca un diablo cuando estás meditando, pon al diablo a meditar’. Me pude acercar a mis miedos y escribirlo y ver de frente esas cosas no fue muy sencillo. La segunda parte, fue que yo quise escribir un libro que me diera miedo, un libro que me pusiera nervioso cuando lo leyera, porque soy fan del terror y soy fan del cine de terror”.

En relación a los elementos que posibilitaron la creación de esta obra, el autor destacó tres fuentes fundamentales, el apoyo de su esposa, a quien está dedicado el libro; la rigurosa enseñanza de su mentor, el escritor Eusebio Ruvalcaba y la lectura de autores como Efraín Huerta, Pedro Salinas, César Vallejo, y Gerardo Diego, todos indispensables para un proceso largo y minucioso.

“La verdad es que soy algo obsesivo, el maestro Eusebio también me enseñó a ser perfeccionista en lo que uno escribiera, digo ya es algo trillado en la gente que escribe, escribir es borrar, escribir es realmente un ejercicio de borrar. El libro como tal, la idea surgió hace seis años, de hecho un poema del libro está escrito desde hace seis años, y hasta ahora pudo encontrar un camino en la idea general del libro. Ahora, el libro como tal, lo escribí en dos meses, sentado, sin dedicarme a nada más, sin embargo, la corrección del libro tardó exactamente un año, y una vez que estuvo terminado me daba mucho miedo depurar tanto el libro, pero  creo que al final valió la pena. Dos meses de aventar todas las ideas y un año de corregirlo, un año tres meses en total, y el poema está escrito al creador de las benzodeazepinas, que son las pastillas para poder dormir cuando tienes insomnio”.