Hace años un viejo comandante de la Policía Federal (ya fallecido) me decía que en el caso de Sinaloa, el comportamiento de la gente es muy especial.
El, que había andado por Santa María y medio mundo, desde Tijuana hasta Yucatán, había caído en cuenta –después de tantos años- que los ciudadanos tienen comportamientos muy diferentes, respecto al tema delictivo.
Acá, en Sinaloa, la gente –me decía- no denuncia al delincuente, al contrario, aquí lo veneran, lo respetan, le hacen corridos, le tienen un santo y hasta lo protegen de la autoridad.
Y si, tenía razón el comandante.
Traigo esta anécdota, porque el alcalde Carlos Felton, acaba de declarar ante los medios algo que tiene mucha razón: es necesario fomentar la cultura de la denuncia ciudadana.
Que mejor que el ciudadano que es el que sabe de actividades sospechosas o de gente nefasta en su barrio, en su colonia. Todos sabemos a quienes tenemos de vecinos. La verdad.
O cuando llega gente nueva. A poco no.
Es imposible que el gobierno solo pueda con ese “paquete”, el de prevenir y combatir a la delincuencia.
Otros podrían ser los resultados si el ciudadano cooperara, si el ciudadano participara más y colaborara para su misma seguridad, la de su entorno y el de su familia.
Felton decía que para que esto se logre, el gobierno tiene que generarle confianza al ciudadano. Confianza y seguridad de que la denuncia será confidencia, de que no habrá represalias y que se respetará, repito, el anonimato.
Porque resulta que los delincuentes saben casi de inmediato quién les “puso el dedo”.
Mientras no se generen esas condiciones, es verdad, difícilmente el ciudadano va a participar con su denuncia.
El otro factor es el que le comentaba líneas arriba: en lugar de reportar ante la policía algo sospechoso o la presencia o existencia de algún malandrín, hay quienes corren hacia él y hasta pretenden imitarlo y formar parte de su “clica”.
Esa es una triste y lamentable realidad.
Pero sí, estoy totalmente de acuerdo, a mayor participación ciudadana se podrían obtener mejores resultados.
Pero pareciera un sueño guajiro al menos en Sinaloa.
Hasta mañana.
