Saldo blanco en Carnaval. ¿Suerte?

Por Netzahualcóyotl Ceballos.

Hoy por la mañana el Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres apareció en la sala de Cabildo, saludó de la mano a reporteros, a funcionarios públicos, y con buena actitud se dirigió al micrófono como cada miércoles a las nueve en punto. Todos suponían el tema a tratar: el balance general del Carnaval. Y todos suponían, también, la información de la que se alardearía un poco más: el saldo blanco en seguridad durante Carnaval.

Si bien con este artículo no deseo desmeritar el desempeño de los diferentes cuerpos de seguridad pública que participaron en la llamada máxima fiesta del puerto, sí quiero subrayar algunos puntos que, a juicio propio, sí pusieron en riesgo el saldo blanco y que, el hecho de que el Carnaval saliera limpio, fue también por la participación de la suerte y no sólo por obra de los rescatistas y policías.

La primera observación es por la noche del miércoles, cuando la Banda El Recodo celebró su 80 aniversario con un concierto masivo en el estadio Teodoro Mariscal, y quienes no pudieron entrar derribaron las verjas de entrada. Si se repartieron boletos de más, o no, es otra cosa. El hecho es que el incidente evidenció que el evento no tenía la suficiente seguridad para impedir un altercado. Vaya, quienes contenían a la muchedumbre eran tan sólo cadetes y unos cuántos policías municipales. Habrá quien me diga: “era algo que no estaba previsto”. Y los más críticos me dirán: “¡no seas amarillista, cabrón!, ni todos los policías hubieran detenido a la excitada multitud”. Lo cierto es que algo esa noche se salió de control. Lo cierto es que la seguridad no estaba garantizada en el concierto y pudo ocurrir algo peor, un linchamiento por ejemplo, una estampida.

Una segunda observación es sobre el jueves en la zona de Olas Altas, donde se celebran las noches de Carnaval. Esa primera noche no se aplicaron las revisiones de rutina por parte de los policías municipales, nadie aplicaba la llamada “báscula” a los asistentes ni se revisaban los bolsos de las damas. ¿De qué sirvió, entonces, haber “barrido” el área de playas días antes del Carnaval para evitar el resguardo de armas si finalmente cualquiera podía entrar con ellas caminando?

La periodista Raquel Zapién me compartió una tercera observación: no hubo resguardo de seguridad pública ni cuerpos de emergencia en algunos de los puntos donde se congregó buena cantidad de gente durante el Combate Naval. Dice que cuando el tumulto empezó a bajar de uno de los cerros desde donde se divisaron los fuegos artificiales, fue un músico quien pidió desde el micrófono serenidad a las personas… porque nadie más lo hacía. El único acceso de entrada o salida estaba bloqueada por las mismas personas. ¿Pero si hubiese pasado algo? Con tanta gente, ni patrullas ni ambulancias hubiesen podido acceder.

Felicito al Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres por el saldo blanco en Carnaval, no es cualquier cosa, pero también dejo en la mesa las observaciones que pudieron poner en riesgo la seguridad de los asistentes a la fiesta. Finalmente todos deseamos un Carnaval seguro en cualquiera de sus lugares.