Trabajan por una mejor calidad de vida de pacientes con Síndrome de Down

En la idea de detectar aspectos alimentarios que los tutores consideren valiosos para procurar un adecuado estilo de vida de la persona con Síndrome de Down, todo encaminado a mejorar su estado nutricional, investigador de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) realiza proyecto de investigación sobre el tema, el cual a cuatro años de haberlo iniciado ha alcanzado importantes resultados.

Javier Magaña Gómez, docente y responsable del Laboratorio de Investigación en Nutrición Molecular de la mencionada unidad académica, señaló que gracias a este trabajo se ha podido diseñar e implementar un programa educativo de orientación alimentaria para las personas con Síndrome de Down, encaminado a mejorar su estado nutricional.

“Ahorita estamos trabajando en el análisis de algunas muestras de personas con este síndrome, tratando de establecer si hay algunas moléculas que puedan ser algún indicador de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas como Alzheimer, esto a través de la medición, de una molécula que se llama micro RNA”, puntualizó.

El especialista en nutrición molecular de la UAS destacó que escogió este tema para profundizar en su investigación, dado que el Síndrome Down es la condición genética más frecuente como resultado de una alteración cromosómica, y sus manifestaciones fenotípicas van desde las que son comunes a todos los individuos como la discapacidad intelectual y rasgos faciales característicos, hasta aquellas que son variables como tasa de crecimiento, masa muscular y coexistencia de algunas enfermedades congénitas.

“Esta es una población en la que se puede incidir en la calidad de vida, realmente hay condiciones que tienen bastantes áreas de atención, es decir, el Síndrome de Down por ejemplo tiene muy buenas áreas para atención de lenguaje, de movilidad, fisioterapia, pero muchas veces el área de nutrición, como tal, está un poco dejada de lado y son condiciones que a veces no se relacionan directamente con que un estado nutricional, podría mejorar incluso todas las terapias que reciben, entonces por eso decidimos abordar esta población desde este punto”, externó.

Comentó que este proyecto lo iniciaron desde hace poco más de 4 años, en donde se realizaron algunas ferias de la salud, donde se convocaron a personas con Síndrome de Down, a través de diversas asociaciones, y se les tomaron muestras, mediciones y a raíz de eso se pudo establecer una incidencia y prevalencia de algunas condiciones crónicas, como dislipidemias, hecho que llevó a deducir que eran más frecuentes, que en la media de la población en general.

“Representa que puede ser que por la propia naturaleza, condición genética, tengan un factor de riesgo adicional al desarrollo de estas condiciones, lo que hace que algunos años atrás se considerara que el Síndrome de Down era un modelo libre de ateromas y libre de distintas condiciones, pero al menos a lo que estamos viendo ahorita es que sí se desarrolla dislipidemias por ejemplo, o alteraciones en glucosa, entonces puede ser que necesiten una atención más específica, una vigilancia más señalada para atender estas condiciones”, expuso.

Magaña Gómez fue claro en señalar que este proyecto no tiene una fecha en la que se pueda decir que concluirá, dado que formalmente ya se terminó, si bien, la primera parte, hoy ya se planean acciones adicionales, por ejemplo en el caso de la observación de las dislipidemias, ya se piensa en la atención y diseño de un programa educativo de orientación alimentaria, encaminado a que, tanto los padres, como las personas con este padecimiento puedan tomar algunas decisiones más encaminadas al cuidado de la salud.

“Lo que queremos hacer finalmente es que estos resultados, estas acciones, vayan directamente con las personas, a través de las asociaciones con las que colaboramos”, agregó.

El investigador universitario reiteró que el objetivo realmente de este trabajo es el cumplir como institución en el compromiso de mejorar la calidad de vida de las personas, por lo que redunda el hecho de estudiar riesgos de enfermedades, de poder diseñar estrategias encaminadas a esa mejora.