Entrega SEPYC estímulos a maestros galardonados por 30 y 40 años de servicio: JAML

El secretario de Educación en Sinaloa señala que los maestros han estado al pie del cañón durante esta contingencia, y el gobernador Quirino Ordaz Coppel anuncia que no podemos fallarles

Culiacán, Sinaloa.- Este viernes fue depositada la totalidad de los 40 millones de pesos para que las maestras y maestros galardonados con las medallas “Rafael Ramírez” e “Ignacio Manuel Altamirano”, por 30 y 40 años de servicio, reciban el estímulo económico a que se hicieron acreedores.

Esto, en el entendido de que ya habrá tiempo para celebrar, una vez transcurra la contingencia, por lo que la medalla respectiva les será entregada posteriormente, informó Juan Alfonso Mejía López, secretario de Educación Pública y Cultura.

“Hoy recibí una instrucción muy particular y precisa del gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien además de felicitarles, me dijo que detrás de cada maestro existen décadas, años de compromiso y de amor a su función, y si ellos no han fallado no podemos fallarles, por lo que me complace anunciarles que hoy se estará depositando la totalidad de los 40 millones de pesos a los 659 maestros que han sido reconocidos por sus 30 y 40 años de servicios”, dijo.

En un cálido mensaje de felicitación que dirigió a todos los maestros y maestras de Sinaloa, el funcionario expresó que, en total, son 549 profesores educación básica con 30 años de servicio y 120 docentes con 40 años en activo.

Con motivo de los festejos del Día del Maestro, el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, así como las secciones 27 y 53 del SNTE, depositaron ofrendas florales, en el monumento al maestro que se ubica frente al Malecón Niños Héroes. Aunque por la situación de emergencia, no se realizó acto protocolario.

En un mensaje de felicitación y de esperanza, Mejía López expresó que pese a que este ciclo escolar concluye a distancia, siempre se recordará que “en la casa siempre hubo una voz, una señal, un ánimo y un aliento que siempre venían de mi maestra o maestro, que siempre me dijo que todo esto terminaría, y terminaría bien; que no me preocupara”.

Añadió que, sin importar el número de días que siguiéramos en casa, nuestras maestras y maestros nunca soltaron de la mano a sus alumnas y alumnos.

“Hoy es un día para alegrarnos, para celebrar; seguro estoy que después de esta experiencia, todos tendremos claro que la escuela tiene una función social que cumplir, que la escuela aprende sobre sí misma y que tiene un rostro humano, que la escuela no es una opción sino la opción”, concluyó.