“Sinaloa y Gonzalo Gómez Flores”

Servidor público experimentado, de leyes, principal colaborador del gobernador

Por Manuel Cárdenas Fonseca

A Quirino Ordaz Coppel, gobernador constitucional de Sinaloa, como a todos los que dejarán el encargo en el 2021, le llegó el calendario de empezar a  ejecutar las acciones que derivarán en la sucesión manteniendo la aplicación de su estrategia en gobernanza y tiempos electorales, conciliando los intereses de un evento de esa envergadura e importancia para los gobernados y manteniendo o aumentando los porcentajes de aceptación de su gestión a la vez que se administran las ansiedades de los aspirantes a toreros de su equipo y el partido que representa, si bien gobierna para todos.

Aquí es donde se ubica la figura y persona de Gonzalo Gómez Flores quien decidió venir a pagar su cuota de paisanaje acompañando al gobernador con la experiencia adquirida a lo largo de sus años de vida profesional en el sector público y privado, como político y como abogado exitoso, en el cargo de Secretario General de Gobierno, por lo que puedo y creo, debo expresar mi opinión de un colaborador del gobernador que es clave en su gestión y que hay que voltear a mirar con reconocimiento y respeto, pues no confunde la amistad  con el cargo ni con sus atribuciones y lealtades profesionales.

Huelga destacar que su origen humilde forjado en el esfuerzo, constancia, estudio y tenacidad lo han mantenido siempre en contacto con Sinaloa y los sinaloenses durante toda su vida. Es una persona alejada de la lisonja, pero cercana a la lealtad a sus jefes, a sus paisanos y formado en el respeto, la prudencia, con un trato amable, pero mano suave o firme según se requiera.

Lo conocí y observé durante varios años. Él no sabía de mí, pues tenía vuelos de alto nivel y yo apenas empezaba. Igual me veía en algunas reuniones sociales producto de mi trabajo de mínima importancia con sus compañeros en la Secretaría de la Reforma Agraria.

En aquellos años eran muchos los sinaloenses que acompañaban al Dr. Gonzalo Armienta Calderón como sus colaboradores en la estructura de la Subsecretaría que lideraba al lado de Antonio Toledo Corro, a la sazón titular de aquella Reforma Agraria. Yo desempeñé responsabilidades menores y fui ascendiendo en diversas áreas al lado de distintos sinaloenses que dirigían áreas diferentes a la de Gonzalo y ello me permitió saber del afecto, respeto y reconocimiento que le tenían todos, quienes fueron mis jefes u otros que no lo fueron ni eran sinaloenses.

Como cualquier muchacho, aún estudiante, quería tratarlo, pero no me fue posible a pesar de que mis jefes eran y siguen siendo sus amigos y me daban la oportunidad de estar en reuniones sociales a las que pocas veces él asistía. Se vino la candidatura de Antonio Toledo Corro a la gubernatura del estado de Sinaloa y mi amigo y entonces jefe, Pablo Gastélum Castro, a quién dicho sea de paso le estaré siempre grato por las oportunidades y consejos brindados, me posibilitó venir a colaborar en ella la cual viví intensamente y me fue de mucho aprendizaje, pero cortó la posibilidad de que tratara a Gonzalo.

Con el correr de los años, bastante tiempo después, pude conocerle y tratarle personalmente, por diversas razones del ejercicio profesional y también porque, producto del trabajo que yo desempeñaba, pude conocer a su hermano Pedro Carlos, funcionario íntegro, profesional y honesto quien me brindó su amistad la cual aprecio y sigo manteniendo aun cuando casi no nos vemos.

En esta breve semblanza de mi parecer sobre Gonzalo, me sorprendí, lo confieso, cuando me enteré que vendría de Secretario General de Gobierno, ya que siendo un exitoso abogado triunfante y reconocido en la capital del país, dejaba todo ese éxito y se aventuraba con un gobierno que se planteaba como un punto de quiebre de los perfiles tradicionales del grupo priista que venía ejerciendo el poder en Sinaloa, pero, también confieso, que me dio mucho gusto el saberlo pues me daba garantía de buen juicio y desempeño en el área más importante de la estructura del Poder Ejecutivo, después de la de gobernador, y más aún cuando la complejidad de los tiempos avizoraban tormentas.

Es evidente que el Secretario General de Gobierno le ha cumplido a los sinaloenses y a su jefe, si bien ningún gobierno puede tener contentos a todos, menos en y con un poder central que arrasó en las elecciones liderado por una persona con el perfil de Andrés Manuel, presidente de México, y la complejidad de un entorno que hemos estado viviendo y viviremos algunos años más.

Así, cuando se acercan las definiciones, en los distintos partidos, respecto de la sucesión gubernamental, Gonzalo es una persona clave y fuerte para el tema 2021, sin menosprecio de que existan otros, parafraseando a José Ortega y Gasset, en su obra Meditaciones del Quijote: es el hombre y sus circunstancias.

En este camino al 2021, a unos nos mencionan de muy diversa manera, y yo, siendo de los mencionados, estoy extrañado de que no se incluya a Gonzalo Gómez Flores, pues no regateo nada, nunca, a la calidad en la competencia. Se menciona a muchos, pero muchos de ellos y en el equipo del gobernador no tienen lo mucho que ofrece el Secretario General de Gobierno a un partido en las circunstancias que vive el PRI de cara a las elecciones del 2021.

Si se quiere competir desde los partidos políticos o en candidaturas independientes con los mejores cuadros, el PRI debe voltear a ver dentro de sus posibilidades a Gonzalo Gómez Flores y medir su rentabilidad. Hay otros en el equipo del gobernador que militan en ese partido, que son mencionados y tendrán sus razones para hacerlo, sin embargo, sería muy torpe del PRI nacional no advertir lo rentable de esta posibilidad.

¡Muchas gracias y sean felices!

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