Intervención de la diputada federal por el Partido Revolucionario Institucional, Erika Sánchez Martínez en la Sesión Ordinaria del lunes 14 de septiembre de 2020.

Intervención de la diputada federal por el Partido Revolucionario Institucional Erika Sanchez Martinez durante los posicionamientos de los grupos parlamentarios respecto al Análisis del Segundo Informe de Gobierno del Presidente de la República, en materia de Política Económica, en la Sesión Ordinaria del lunes 14 de septiembre de 2020.

Después de un 2019 con cero crecimiento, la pandemia del Covid-19 ha venido a profundizar la crisis económica y a incrementar las desigualdades.

La realidad que vivimos ha cambiado a México de manera radical, hemos perdido más de 70 mil vidas, hemos visto morir cientos de miles de empresas, hemos visto desvanecerse la esperanza del prometido bienestar a millones de familias, y a otros 12 millones de mexicanas y mexicanos más entrar a las filas de la pobreza.

El principio básico de la economía consiste en la generación de valor y nueva riqueza que comúnmente se cuantifica en el ingreso nacional a través del Producto Interno Bruto.

Consiste en generación de ingreso, en distribución y en gasto del valor y de la riqueza.

Ese ciclo es el que da vida a otro sistema económico y es justamente el que está dañado en nuestro país.

En su primera fase de generación de ingreso por la pandemia del Covid-19, y en la tercera relativa a la asignación o reinversión por parte del gobierno de Morena, creando el huracán económico perfecto que está destruyendo al país por no haber riqueza que distribuir.

Debemos de ser claros, el confinamiento y la inactividad económica vinieron a agravar el mal desempeño de nuestra economía.

Tan solo en abril se registró una pérdida de 12 millones de personas que salieron de la población económicamente activa.

Si bien, de acuerdo con el Presidente, lo peor ya pasó, y en agosto se crearon alrededor de 80 mil nuevos puestos, la recuperación es lenta y las familias no la perciben en sus bolsillos. Tampoco se percibe la atención en los hospitales en el abasto de medicamentos.

Entonces ¿que debe hacerse? una restructuración del presupuesto de este año, antes, siquiera, de empezar a pensar en el 2021.

Estamos ciertos que el ingreso fue menor al programado y que hoy también las prioridades son otras.

Por ello insistimos en la creación del ingreso único vital o el seguro de desempleo, para apoyar a aquellas familias que perdieron sus ingresos a causa de la pandemia.

Una mala estrategia para modernizar Pemex dicho sea de paso, al margen de las energías renovables, y ausente toda visión de sustentabilidad.

La cancelación de contratos e inversiones en proyectos productivos por parte de la Comisión Federal de Electricidad y el obstinarse en seguir con proyectos faraónicos que son obsoletos desde su planeación, están poniendo en riesgo la viabilidad de las finanzas públicas.

La deuda pública ha crecido y continuará así por efecto de la apreciación del dólar.

Los recortes al gasto público no han traído los beneficios esperados, se recortó el gasto corriente de inversión en 75 por ciento, dejando a muchas áreas del Gobierno federal prácticamente inoperantes.

Se recortó el apoyo a víctimas de la violencia, a la atención a mujeres y niños con cáncer, a la atención humanitaria de migrantes, al fomento de la cultura y el arte, de la inversión en infraestructura de comunicaciones, entre otros rubros.

No omito el ilegal recorte de 151 millones de pesos al Instituto Nacional de las Mujeres y el abandono en el que se tiene a los refugios para mujeres violentadas.

Ahora se pretenden eliminar 44 fideicomisos que apoyan actividades claves para la atención a la población como lo es el Fonden o los Fondos de Apoyo para el Desarrollo de la Innovación Tecnológica, tan necesaria en estos momentos, o el criminal despojo del Fondo de Financiera Rural, que con un presupuesto al campo desmantelado, tiene su única esperanza en las fuentes de financiamiento.

Los agricultores de nuestro país ven en riesgo sus productos por la cancelación de apoyos para la comercialización, para fertilizantes y maquinaria agrícola, y nuestros pescadores siguen en las calles y en la incertidumbre sin subsidios para el diésel marino y la gasolina ribereña.

Seamos directos, el gobierno este 2020 sí tuvo dinero, pero prefirió malgastarlo, prefirió malgastar el Fondo de Estabilización que con mucho esfuerzo se ahorró en las últimas administraciones.

Compañeras y compañeros, las y los diputados del PRI hacemos un llamado al Gobierno federal para que corrija el rumbo económico y sea sensible ante las carencias que enfrentan millones de mexicanos.

México necesita un programa para la reactivación económica ante las consecuencias del Covid-19 que contemple estímulos fiscales a aquellas inversiones productivas que reactiven el empleo.

Se requieren mayores apoyos a comercios, a empresas, a pequeños negocios.

Reducción del ISR en primas vacacionales, aguinaldo y utilidades para los trabajadores.

Requerimos deducibilidad de impuestos en servicios médicos, en restaurantes, en colegiaturas.

Es necesario un plan de desarrollo agropecuario del país que otorgue un presupuesto suficiente al sector primario para garantizar el abasto de alimentos.

Como lo hemos señalado, la política económica del actual gobierno ha sido desastrosa y está condenando a los mexicanos a perder esfuerzos de muchas generaciones.