¿Qué significa ser pocho, y por qué todos conocemos por lo menos uno?

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Andrea Monjardin Salcedo

La palabra “pocho” es bien conocida y usada en el vocabulario mexicano, aunque no se sabe con exactitud cuándo fue la primera vez que la escuchamos, lo que sí sabemos es que lo más probable haya sido en un contexto familiar, haciendo referencia a un tío o pariente que vive en los Estados Unidos y que a pesar de eso mantiene una gran cantidad de rasgos y costumbres mexicanas peculiares. Sin embargo, la palabra tiene una connotación cultural bastante profunda y se ha entrado dentro de la cuestión de si debería o no seguir usándose a pesar de su posible inclinación negativa.

El contexto de la palabra pocho me lleva a iniciar con la particular historia de la migración mexicana hacia los Estados Unidos, la cual no comienza con un acto migratorio como tal, sino que se da tras el Tratado de Guadalupe-Hidalgo en 1848, cuando los territorios del norte de México se vendieron al país vecino y las personas que vivían en estas tierras optaron por permanecer en ellas manteniendo sus lenguas y sus costumbres, pero adoptando las legislaciones estadounidenses. El suceso migratorio mexicano es tan peculiar que las palabras que se han usado para referirse a los nacidos en el país estadounidense han cambiado temporalmente por generaciones, iniciando con la que nació tras el Tratado de Guadalupe-Hidalgo en la ahora frontera entre Estados Unidos y México, y siguiendo con la primera gran ola migratoria que se dio como resultado de la Revolución mexicana a inicios de 1900.

Como resultado de esto hoy en día existen una gran variedad de expresiones coloquiales usadas para referirse a las personas que migran al país vecino – paisa, chicano, mexa, mexican-american, pachucos, alien- el significado que se le da a la palabra pocho varía dependiendo el estado. En algunas zonas de México la palabra se usa de manera despectiva para referirse a las personas nacidas en los Estados Unidos con raíces mexicanas que no hablan o que tienen

dificultades para hablar el español; sin embargo, en el norte de México la palabra se utiliza simplemente como sustantivo de la persona nacida en los Estados Unidos con padres mexicanos.

No se tiene una definición exacta de la palabra, dado que hasta la fecha las raíces etimológicas de “pocho” son un enigma para los investigadores al encontrar diversas lenguas indígenas que pueden explicar su origen. Sin embargo, no se pone en duda que la palabra deriva de alguna lengua indígena sonorense, ya que se han encontrado los prefijos y sufijos de la palabra más acercados en los vocabularios nativos del Noroeste de México, sin embargo, aún cuesta trabajo identificar a qué grupo indígena pertenece.

Existen tres historias culturalmente aceptadas, las cuales describen el cómo se llegó históricamente a la palabra de pocho como la conocemos hoy en día. La primera dice que proviene de la comunidad indígena ópata y que la palabra correcta es potzico, la cual se traduce tal cual como cortar y al castellanizar la palabra se adapta a la oración “el arte de arrancar o cortar la hierba”. La parte del prefijo que corresponde a tzi se escucha como chi, por lo que se asimiló la palabra a pochi la cual más adelante se modificó a pocho. Para los Yaquis la palabra pocho también deriva del pochi, la cual tiene una raíz etimológica que hace mención a algo que está corto o reducido y es una palabra que hoy en día se sigue usando en el vocabulario sonorense.

La segunda historia viene a reforzar la primera solo que esta la lleva más allá a la dispersión y el uso de la palabra como tal, y nos dice que el concepto de pocho se designó especialmente a los norteamericanos que eran descendientes de países hispanohablantes, que data desde los primeros flujos migratorios mexicanos hacia Estados Unidos a inicios del siglo XX. A pesar de que el origen de la palabra es mexicano, no se sabe a ciencia cierta si la palabra fue adoptada primero por los mexicanos para referirse a aquellos que emigraron al otro lado del río Bravo y que al volver a tierras mexicanas mezclaban el español y el inglés al hablar, o

si fueron los mismos mexicanos ya instalados en Estados Unidos quienes comenzaron a hacer uso de la palabra al recibir a nuevos compatriotas.

La última historia cambia el rumbo que se había establecido con las investigaciones previas, dado que, al ser la palabra pocho también recurrente en la dialéctica de España, la cual viene a significar enfermo o podrido, se habla de un choque de idiomas entre el castellano, el inglés, el español y algún lenguaje nativo de la región norte de México.

La razón por la que todos conocemos a algún pocho o por lo menos hemos escuchado la palabra, es porque la densidad de mexicanos en Estados Unidos es extraordinaria, ya que representan más del 10% de la población estadounidense. La migración de México hacia los Estados Unidos se ha mantenido constante, dado que las gráficas de pobreza, desempleo y violencia en México no hacen más que aumentar y las condiciones y la oferta de trabajo, así como la mejora en las condiciones sociales en Estados Unidos son gratamente atractivas. De hecho, a pesar de la pandemia, las condiciones laborales para los mexicanos en los Estados Unidos mejoraron, representando el flujo de remesas provenientes de Estados Unidos el 95% de las remesas entrantes a México, rompiendo récord histórico en el año 2020.

En México la acción de poner un sobrenombre a cualquier persona es una práctica ya demasiado común que destaca la simpleza que radica en los mexicanos. No obstante, en los últimos años se ha evidenciado que una gran cantidad de sobrenombres son catalogados como denigrantes y estigmatizantes. Los apodos negativos tienden a violar el derecho de identidad de la otra persona, lo cual ha sido estudiado arduamente en la comunidad latina asentada en los Estados Unidos y que tristemente ha señalado que la gran mayoría de las personas con orígenes latinos viviendo en los Estados Unidos que no dominan el idioma español, ya sea por diversos factores que no se le haya enseñado, tienden a ser discriminados tanto por la comunidad estadounidense como por la comunidad latina.