Primera ola de contagios de covid-19 ‘pegó duro’ a personal educativo

El fallecimiento de maestros y otros trabajadores de la educación aumentó 40 por ciento entre 2019 y 2020, revelan datos del ISSSTE.

El covid letal pegó duro al personal educativo durante la primera ola de la pandemia. Maestros, asistentes y trabajadores administrativos perdieron la vida mientras se dictaban medidas de confinamiento y se determinaba que las clases serían a distancia. Las vacunas aún no aparecían en la escena nacional.

De acuerdo con estadísticas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), obtenidas por MILENIO vía transparencia, el fallecimiento de funcionarios educativos aumentó 40 por ciento en 2020 con respecto a 2019.

En 2019 se registraron 841 muertes de trabajadores de instituciones educativas en el país; mientras que en 2020 fueron mil 176.

Los datos oficiales revelan que los mayores picos de crecimiento en defunciones se registraron en las oficinas del sector educativo de Coahuila (mil 400 por ciento), Guerrero (335 por ciento), Durango (222 por ciento), San Luis Potosí (108 por ciento) y Tamaulipas (42.6 por ciento), al tiempo que la subsecretaría de Educación Media Superior a nivel federal fue la que tuvo más casos de decesos durante el primer año de la pandemia (107 empleados).

Por ejemplo, el Instituto de Educación Básica y Normal de Guerrero pasó de 17 muertes durante 2019 a 74 en 2020. En tanto, el Instituto de Servicios Educativos de Coahuila saltó de tres decesos en 2019 a 45 en 2020.

Adalberto Enrique Cruz Hernández era asistente de servicios en la escuela Juan Escutia del puerto de Acapulco. Se encargaba del aseo y del mantenimiento de la primaria.

“Un día fue a hacer ejercicio a la playa y salió de la playa con escurrimiento nasal, mucho escurrimiento nasal, y pensamos que era normal porque siempre que se mete uno al agua, a veces eso pasa, pero se fue haciendo más agudo y en la tarde empezó con la fiebre y hasta el otro día fue cuando empezó con lo del estómago, la garganta, todo eso”, recuerda su esposa, Laurencia Salgado, quien es maestra de tercer grado en la primaria en la que él trabajaba.

Don Adalberto pasó poco más de un mes internado en el hospital del ISSSTE de Acapulco. En ese tiempo, además de permanecer intubado, le dio una trombosis en una pierna y “le cayó” una bacteria que infectó sus riñones. No resistió y falleció. Su esposa aún lo llora.

El empleado de los servicios educativos también era taxista. Su familia cree que quizá fue ahí, en el taxi, donde se contagió del covid-19 que le quitó la vida a sus 57 años.

Estados con mayores picos de fallecimientos

El sector de empleados inscritos en el ISSSTE que registró mayores picos de fallecimientos de un año al otro fue el de los trabajadores de la educación ─no sólo maestros, sino también personal administrativo y asistentes, como Adalberto─.

Además de Coahuila (tres a 45 casos) y Guerrero (17 a 74 casos), el efecto mortal de la pandemia pegó fuerte en otros estados. Mientras que la Secretaría de Educación de Durango reportó que las muertes pasaron de 18 en 2019 a 58 en 2020, la Secretaría de Educación de San Luis Potosí tuvo 47 fallecimientos en 2019 y 98 en 2020.

En tanto, la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte de Tamaulipas registró 61 bajas en 2019 y 87 en 2020.

Pese al notorio incremento, las estadísticas proporcionadas por el ISSSTE no especifican si esas defunciones fueron a causa del covid-19, pues para los fines administrativos del instituto, como el cobro de pensiones y la liberación de las plazas, los motivos de las muertes no quedan registrados.

Sin embargo, ese 40 por ciento de incremento en muertes de personal educativo registrados por el ISSSTE es un dato parecido a las cifras de exceso de mortalidad de mexicanos divulgadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a finales de octubre pasado, que mostraron el panorama del impacto del covid-19 en el país.

“De acuerdo con la información registrada durante el periodo de 2015 a 2019, se esperaban de enero a diciembre de 2020 un total de 749 mil 496 defunciones y ocurrieron 1 millón 76 mil 417, por lo que con base en estos resultados se tiene un exceso de mortalidad, por todas las causas, de 326 mil 921, equivalente al 43.6 por ciento”, informó el Inegi.

A nivel general, las muertes de servidores públicos aumentaron 47 por ciento entre 2019 y 2020, según los datos del ISSSTE, pero fue en decenas de oficinas del sector educativo donde se registraron los picos más altos.

“No es una cifra más”

Para la maestra Laurencia Salgado, su esposo no es sólo una cifra más en el cúmulo de estadísticas de fallecimientos en la pandemia.

Adalberto fue su compañero de escuela, pues se conocieron en la preparatoria, en Pinotepa Nacional; su compañero de vida, cumplieron 38 años de casados, y también su compañero de trabajo, durante 10 años trabajaron en el mismo plantel.

“En la escuela todos le decían Don Beto. Lo querían porque siempre ayudaba a maestros y alumnos”, recuerda.

“Fue una persona carismática, fue una persona que se dio a querer; los niños lo querían mucho, cuando nos presentaban al inicio del ciclo escolar, que siempre nos presentaba el director, siempre recibía aplausos, era el que más recibía aplausos”, añade.

Mientras supera el dolor de su partida, la maestra Laurencia todavía piensa en qué hacer con el vocho que le dejó estacionado en la cochera, el vocho que era su taxi, su segundo trabajo.

“Yo no sé manejar, nunca le puse atención a eso del volante”, dice entristecida.

Fuente: Milenio