El presidente de EEUU también enfrenta la peor inflación en 40 años: pero tiene un plan

Joe Biden dio a conocer su plan en tres partes para intentar desacelerar el ritmo de avance de los precios. Política monetaria, impulso a la oferta y reducción del déficit

Aunque en niveles muy distintos, 8,5% interanual contra 58% en un año, los Estados Unidos y la Argentina enfrentan en estos meses la mayor tasa de inflación en cuatro décadas. Pero mientras el mandatario argentino, Alberto Fernández, dice estar en una guerra para tratar de calmar precios que no hace mella sobre la dinámica, su par norteamericano Joe Biden dice tener un plan.

Biden recurrió esta semana al Wall Street Journal para dar a conocer la que cree que debe ser la receta para frenar el ritmo de avance de los precios, a través de una columna que lleva su firma. Un plan en tres partes para combatir la inflación, que él llama su “principal prioridad económica”, diseñado para frenar la inflación a corto plazo, pero también para construir infraestructuras que reduzcan la inflación de costos a largo plazo.

Dejar trabajar al Banco Central

Para empezar, el demócrata sucesor de Donald Trump no discute el rol del banco central de su país en el proceso. Biden afirmó que no interferirá en los esfuerzos de la Reserva Federal por enfriar la inflación, luego de que en su reunión de mayo, el presidente de la Fed Jerome Powell autorizó un aumento de la tasa de referencia en medio punto porcentual. Se esperan nuevas subas en junio y julio.

“La Reserva Federal tiene la responsabilidad primordial de controlar la inflación. Mi predecesor degradó a la Reserva Federal, y los anteriores presidentes han tratado de influir en sus decisiones de forma inapropiada durante los períodos de inflación elevada. Yo no lo haré. He nombrado a personas altamente cualificadas de ambos partidos para dirigir esa institución”, escribió Biden.

Aumentar la oferta y mejorar la infraestructura

La segunda parte del plan de inflación de Biden consiste en un intento por reducir los costos de los artículos de uso cotidiano, en primer lugar liberando las reservas de petróleo para combatir el aumento de los precios de la nafta, resultado de la guerra en Ucrania. Y pretende reducir los costos de otros bienes invirtiendo en infraestructura y mejorando las cadenas de suministro en general.

El presidente estadounidense propone además reducir los costos de la vivienda a través de su Plan de Acción para el Suministro de Viviendas, de cinco años de duración, cuyo objetivo es aumentar la oferta de hogares ampliando la financiación federal para la construcción de viviendas accesibles y colaborando con el sector privado para resolver problemas de las cadenas de suministros que puedan acelerar la construcción en curso.

“Tenemos que tomar todas las medidas prácticas para hacer las cosas más asequibles para las familias durante este momento de incertidumbre económica, y para impulsar la capacidad productiva de nuestra economía con el tiempo”, agregó el mandatario.

Reforma fiscal

La tercera parte de su plan propone reformas fiscales que aumentarían los impuestos para las personas que ganan más de 400.000 dólares, además de “nivelar el campo de juego” fiscal a nivel internacional, para reducir los incentivos empresariales que podrían llevar a las empresas a operar desde residencias fiscales en el exterior.

También propone un impuesto de sociedades mínimo global del 15%, que se aplicaría a las grandes empresas rentables. Sin embargo, la aprobación de la reforma fiscal hasta este punto ha sido esquiva para Biden.

“Tenemos que seguir reduciendo el déficit federal, lo que ayudará a aliviar las presiones sobre los precios. La semana pasada, la Oficina Presupuestaria del Congreso, no partidista, proyectó que el déficit se reducirá en 1,7 billones de dólares este año, la mayor reducción de la historia”, concluyó.

Fuente: Infobae