Monterrey espera que la solución a la crisis del agua le caiga del cielo

La ciudad de Monterrey padece una de las crisis por desabasto de agua más severas de los últimos 20 años ocasionada, principalmente por una baja constante en los niveles de lluvia registrado en los últimos nueve años, el crecimiento en la demanda y los altos niveles de consumo promedio por habitante. Lo grave es que, si bien, desde noviembre a la fecha se han puesto en marcha 16 acciones y se anunció un programa a mediano y largo plazo, para las autoridades, prácticamente la verdadera salida al problema es que llueva y fuerte.

Las fuentes para el abastecimiento de agua son las mismas, pero la población se incrementa. Los regios consumen más agua que los habitantes de otras ciudades y las lluvias han disminuido y, consecuentemente, el nivel de sus presas.

La ciudad de Monterrey consume normalmente en la temporada de verano 17,000 litros por segundo y actualmente sólo dispone de 11,000. De ese tamaño es su problema hoy. Todos los habitantes de esa zona metropolitana padecen las consecuencias del reducido abasto, pero los habitantes de García, Escobedo y San Nicolás son los que padecen la mayor escasez.

Dos presas a punto de secarse; aportan 28% del abasto

De acuerdo con el director de los servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán Villarreal, alrededor de 63% del agua que consumen los habitantes de esa urbe proviene de tres presas, 31% de pozos y 7% de túneles, manantiales y galerías filtrantes. Al menos así ocurría hasta marzo pasado, cuando el abasto ya había disminuido a 16,200 litros por segundo.

La crisis actual de suministro de agua inició cuando las presas comenzaron a secarse. Normalmente La presa El Cuchillo aporta 35% del agua que consume Monterrey, La Boca 15.5% y Cerro Prieto 12.5 por ciento.

Hasta la semana que recién concluye, la presa El Cuchillo estaba a 45.45% de llenado, pero la de La Boca a 8.22% y Cerro Prieto a 2.06 por ciento.

Eso ocurrió debido a la extracción de agua, tanto para consumo humano, como para otras actividades y la baja en la captación debido a la disminución de las lluvias.

En ese sentido, Daniel Salazar Núñez presidente de la Unidad de Gestión para el Desarrollo Sustentable, expuso que para el acuífero de Monterrey no se ha constituido la Comisión Técnica de Agua Subterránea, lo cual llega a preguntarse cómo se verifica que los volúmenes que se autorizan extraer en concesión y si estos son los adecuados en función de la recarga del acuífero.

También llamó la atención sobre la concesión de volúmenes de concesión que van más allá de lo que razonablemente se puede extraer del acuífero.

En el caso de Nuevo León, como estado, el mayor volumen de agua se destina a actividad agrícola, luego para la actividad industrial y en tercer lugar para la actividad urbana, donde está el consumo doméstico.

Destacó que de acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua en el Acuífero del que forma parte Monterrey hay déficit de cerca de 11 millones de metros cúbicos anuales, con base en la recarga que se logra y los volúmenes que se extraen.

Eso lo que está provocando es que el acuífero de Monterrey baya bajando sus niveles y se está causando un daño irreversible”.

Aclaró que es un tema de varias décadas de omisión en el manejo del agua.

Recalcó que la región hidrológica-administrativa de Río Bravo, a la que pertenece Monterrey, es la segunda con el balance de disponibilidad anual per cápita con más problemas.

Desde 2014 cada año llueve menos en esa región del país

De acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), los registros de precipitaciones pluviales en Nuevo León revelan que desde 2013, cuando se captaron 756.5 mililitros de lluvia comenzó una tendencia a la baja hasta llegar a 497.7 en 2021.

De hecho, si se analizan los datos, se aprecia que, salvo en 2010, cuando la captación fue de 1,231.2 mililitros, los niveles de captación han estado por debajo de 913.

Eso se reflejó automáticamente en los niveles de captación de las presas, las cuales, prácticamente desde 2013, cuando los huracanes Ingrid y Manuel las llenaron, no han vuelto a llegar a su máxima capacidad y sí ha ido disminuyendo su promedio de llenado.

Nuevo León tiene cuatro presas que forman parte de las 210 que monitorea a escala nacional la Conagua. Se trata de SalinillasEl Cuchillo, La Boca y Cerro Prieto. Sin embargo, solo se utilizan las últimas tres para el abasto de Monterrey y presentan serios problemas de almacenamiento.

En diciembre se instalaron bombas flotantes en la presa Cerro Prieto para poder extraer agua, porque el nivel ya está debajo de donde está instalada la toma.

En enero implementaron el programa de atención con pipas y tanques cisterna para atender a zonas de la periferia. El objetivo es habilitar 130 y se instalaron equipos de bombeo.

En febrero se instalaron 16 garzas en puntos de despacho de pipas para regar con agua tratada los árboles; en marzo se ajustaron las tarifas para desincentivar el consumo y se instalaron reductores de presión.

Posteriormente inició el plan Agua para Todos. Se logró una donación de agua del distrito de riego Las Lajas de 400 litros por segundo que está por incorporarse al acueducto El Cuchillo y se iniciaron convenios de cesión de agua de pozos explotados por empresarios.

También iniciaron los trabajos para el desazolve y limpieza de la presa La Boca. Un plan para el bombardeo de nubes con yoduro de plata. Con ello se pudo apagar incendios en zonas serranas y se ha logrado precipitaciones. Con esa medida se ha conseguido lluvias que alcanzaron hasta 30 milímetros en la zona de Cerro Prieto, en las sierras de Santiago y la de Montemorelos.

Además, se instalaron válvulas de presión y se inició la gestión de recursos federales para terminar la presa libertad.

I

Presentan plan maestro con horizonte a 2050

El jueves pasado, el gobernador Samuel García presentó el “Plan maestro para garantizar el suministro de agua potable a la zona metropolitana de Monterrey hasta 2050”, que comprende una inversión de 25,000 millones de pesos.

Está dividido en tres fases. En la primera, que involucra las acciones antes mencionadas y realizadas desde finales del año pasado y las que habrán de continuarse todo este año para atender la crisis.

El objetivo es que con ello se llegue a una disposición de 13.5 metros cúbicos por segundo.

La segunda, de 2022 a 2027 para lograr disponer de 25 metros cúbicos por segundo y una tercera, de 2027 a 2050, con el fin de llegar a una disponibilidad de más de 30 metros cúbicos por segundo.

En ese lapso se pretende la construcción del Acueducto II para la presa El Cuchillo, que debe iniciar próximamente.

Eso supone sumar cinco metros cúbicos por segundo de agua a la red de distribución de la ciudad.

Para poder financiar ese acueducto el gobierno del estado necesita salir del foco rojo en el que se encuentra en términos financieros a foco verde. Eso implica pasar de 5% de posibilidad de endeudamiento respecto de los ingresos anuales a 15 por ciento. Con ello tendría la capacidad de financiar ese acueducto. Y es que necesita mejorar la calificación en la materia que tiene el gobierno de Nuevo León ante la Secretaría de Hacienda.

La construcción del acueducto tomaría dos años, aproximadamente. La idea es terminarla en diciembre de 2023, aunque en junio de ese año ya se podría recibir agua de esa presa, porque la próxima temporada de lluvias se podrían captar ya alrededor de 12 millones de metros cúbicos.

El plan también prevé construir 4 plantas tratadoras de aguas residuales con una inversión de 2,000 millones de pesos, con lo que se espera que para 2025 sumen dos metros cúbicos por segundo.

El gobierno del estado también pretende llevar tres metros cúbicos por segundo de agua a Monterrey desde la presa Vicente Guerrero, localizada en Tamaulipas.

Eso implica una inversión de 22,000 millones de pesos solo para la construcción, más los recursos para el bombeo diario.

Por último, las autoridades neoleonesas buscan diseñar un plan para llevar agua del río Pánuco y plantas desalinizadoras para tomar agua de la laguna de Matamoros o Brownsville.

Por lo pronto los escenarios del gobernador de Nuevo León para salir de la crisis señalan que si siguen las lluvias escasas el próximo mes se tendría una disponibilidad de agua de 13.6 metros cúbicos por segundo (consumen en verano 17).

Si llegan un ciclón tropical que genere lluvias por 150 milímetros entonces se incrementaría la disponibilidad a 16.4 metros cúbicos por segundo, pues eso permitiría que el nivel de llenado de la presa La Boca suba a entre 30 y 40% y Cerro Prieto a 12 por ciento.

El jueves pasado el gobernador pidió a los neoleoneses prender veladoras para que un disturbio tropical iniciado en la zona de la península de Yucatán se convierta en ciclón, atraviese el Golfo de México y llegue hasta Nuevo León y llene las presas.

Si le hacen caso los neoloneses hoy deben estar a Dios rogando y con las cubetas dando vueltas para llevar agua a sus casas.

Fuente: El Economista.