El mundo del entretenimiento se sacude con una nueva polémica que involucra a dos gigantes de la industria musical. Shawn Carter, mejor conocido como Jay-Z, ha sido acusado de abusar de una menor de edad junto con Sean Diddy Combs en una fiesta supuestamente tras los Video Music Awards del año 2000.
Una mujer presentó una demanda en la que afirma que ambos artistas la drogaron y abusaron de ella cuando tenía solo 13 años. Según el documento, el presunto incidente ocurrió en una de las famosas fiestas organizadas por Combs, conocidas por su exclusividad y misterio.
Jay-Z, a través de su empresa Roc Nation, respondió su contundencia, negando las acusaciones y calificándolas de “chantaje”. En un comentario, el rapero manifestó:
“Esas acusaciones son tan atroces que les imploro que presenten una denuncia penal, no civil. Quienquiera que cometa semejante crimen contra un menor debería ser encarcelado, ¿no les parece?”
Además, lamentó el impacto que estos señalamientos tienen en su familia, mencionando específicamente a sus hijos y su esposa, Beyoncé.
Este caso llega en un momento crítico para Sean Diddy Combs, quien enfrenta un juicio por tráfico sexual que iniciará en mayo del próximo año. Las autoridades ya realizaron redadas en sus propiedades en Los Ángeles y Miami, y actualmente permanecen en prisión sin derecho a fianza.
La gravedad de estas acusaciones deja muchos interrogantes: ¿Estamos ante un caso de justicia tardía o de una estrategia de chantaje contra figuras públicas? Mientras los procedimientos legales avanzan, el debate sobre la responsabilidad de las celebridades y el impacto de estos escándalos sigue encendiendo las redes sociales.
Habrá que esperar el desarrollo del caso para conocer la verdad detrás de estas polémicas fiestas, pero una cosa es clara: el legado de ambos raperos ya está bajo el escrutinio más severo de la opinión pública.