La llegada de Emilia Pérez, la controversial cinta de Jacques Audiard, ha encendido la conversación en redes sociales y las salas de cine. Mientras acumula 13 nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Actriz para Karla Sofía Gascón, su trama y producción han recibido críticas tanto de la audiencia como de otros creadores. La historia, que sigue a un narcotraficante mexicano que busca redención al cambian de identidad y convertirse en mujer, ha generado división entre sus defensores y detractores.
Ahora, un cortometraje llamado Johanne Sacrebleu irrumpe como una respuesta directa de Emilia Pérez, utilizando la sátira para señalar clichés y la falta de investigación en la representación de México en la película de Audiard.
La polémica: ¿crítica o simple parodia?
Johanne Sacrebleu fue dirigido y protagonizado por Camila Aurora González, una creadora trans con 220 mil seguidores en redes sociales, muchos de los cuales se sumaron tras el estreno de su cortometraje. La obra, filmada en México, se burla de estereotipos franceses: baguettes, croissants y atuendos con rayas, con un toque humorístico que recuerda a la película llamada Ratatouille.
El corto alcanzó 515 mil vistas en YoTube en solo 24 horas, una cifra que algunos comparan con los 81 mil espectadores y los siete millones de pesos recaudados por Emilia Pérez en su primer fin de semana en cartelera. Sin embargo, críticos señalan que estas cifras no son directamente comparables, ya que ver un video en internet no implica el mismo esfuerzo ni costo que acudir al cine.
La respuesta de los protagonistas
Camila Aurora González usó su cuenta de TikTok para agradecer el apoyo al cortometraje, pero también denunció ataques de supuestos fans de Selena Gomez, quien actúa en Emilia Pérez. “La mayoría de los comentarios negativos se centran en que el cortometraje fue fondeado por donaciones, como si eso no invalidara su propósito”, expresó González.
Por otro lado, Karla Sofía Gascón, protagonista de Emilia Pérez, respondió a las críticas desde su cuenta de X, reflexionando sobre los discursos de odio que han surgido alrededor de la película. “Es más que obvio que tenemos un grave problema que nos acecha como humanidad. Tolerar al intolerante acaba con la intolerancia”, escribió, citando al filósofo Karl Popper.
Gascón también compartió imágenes desde una playa en Uruguay, donde aseguró que tres mil personas se habían reunido para disfrutar de la película al aire libre.
Profeco entra en escena
La controversia alcanzó incluso a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), después de que varios asistentes al cine reportaran que no se les devolvió el costo de su boleto pese a la “Garantía Cinépolis”, que promete un reembolso si la película no cumple con las expectativas.
Profeco emitió un comunicado confirmando que se encuentra en conversaciones con Cinépolis para garantizar claridad en los términos de esta política. Según las reglas, los espectadores pueden solicitar el reembolso durante los primeros 30 minutos de la función, siempre que presenten su boleto original y una identificación oficial.
Sin embargo, usuarios han mostrado su descontento al descubrir que la “garantía” es más una recomendación que una promesa. “No deberían llamarlo garantía si no van a cumplirla”, escribió un internauta en X.
Un debate más amplio
La llegada de Johanne Sacrebleu como parodia de Emilia Pérez pone sobre la mesa temas relevantes para la industria cinematográfica: ¿cómo debe representarse una cultura ajena? ¿Es válido usar estereotipos en nombre de la ficción? Mientras tanto, la polémica sigue atrayendo la atención tanto a la película como al cortometraje, alimentando un debate que parece estar lejos de terminar.
MG.