Washington DC se viste de luto tras el fatal accidente que cobró la vida de 64 personas la noche de este miércoles. Un avión de American Airlines y un helicóptero militar colisionaron y cayeron al río Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan. No hubo sobrevivientes.
El avión, un Bombardier CRJ700 operado por American Airlines, llevaba a bordo 60 pasajeros y cuatro tripulantes. El helicóptero Black Hawk del ejército estadounidense transportaba a tres soldados. De acuerdo con las primeras declaraciones oficiales, la tragedia ocurrió alrededor de las 21:00 hora local, cuando ambas aeronaves se acercaban a la pista de aterrizaje.
Las labores de rescate han sido intensas. Hasta el momento, los equipos de emergencia han recuperado más de 30 cuerpos del avión y uno del helicóptero. John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia de Washington DC, informó que la operación pasó de rescate a recuperación de víctimas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trumo, confirmó la devastadora noticia en una rueda de prensa y aseguró que se realizará una investigación exhaustiva para determinar las causas del siniestro. “Trabajaremos incansablemente para averiguar qué sucedió. Es una tragedia terrible”, declaró.
Investigación en marcha
La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) ya han iniciado una investigación para esclarecer lo sucedido. Todd Inman, portavoz de la NTSB, indicó que se espera un informe preliminar dentro de 30 días y que el informe final se emitirá cuando todas las averiguaciones hayan concluido.
Entre los puntos clave de investigación están el análisis de las acciones de la torre de control, el cumplimiento de protocolos de vuelo y la posible incidencia del error humano, Jennifer Homendy, también de la NTSB, aseguró que las cajas negras de ambas aeronaves aún no han sido recuperadas, pero confía en que pronto será posible obtener información clave para el caso.
Informes preliminares de la FAA sugieren que la torre de control operaba con menos personal del habitual en el momento del accidente, lo que podría haber contribuido a la tragedia.
Dudas y declaraciones
El secretario de Transporte, Pete Buttgieg, declaró que ambos vuelos seguían rutas habituales y que “es evidente que algo ocurrió de forma inesperada”. Aseguró que no descansarán hasta obtener respuestas para las familias de las víctimas.
Testigos relatan momentos de horror
Varios testigos presenciaron el impacto. Ari Schulman, quien conducía cerca del aeropuerto, describió haber visto el avión desviarse bruscamente con destellos de chispas en su fuselaje antes de precipitarse al río. Otro testigo, Jimmy Mazeo, afirmó que la colisión pareció una “bengala blanca” en el cielo nocturno.
Las condiciones climáticas han dificultado las labores de rescate. Las temperaturas en Washington DC descendieron por debajo de cero, y el viento ha desplazado los restos del avión y el helicóptero por el río Potomac.
Tecnología anticolisión en entredicho
Expertos en aviación han expresado su sorpresa ante el accidente, dado que la mayoría de las aeronaves modernas están equipadas con el Sistema de Alerta de Tráfico y Evasión de Colisión (TCAS). Geoffrey Thomas, consultor en aviación, aseguró que este tipo de colisiones “ya no deberían de ocurrir” debido a los avances tecnológicos.
Las grabaciones de vuelo muestran que el avión American Airlines descendía en un patrón habitual, mientras que el helicóptero volaba en una ruta similar desde el norte. La última altitud registrada del avión fue de 200 pies (60,9 metros), lo que sugiere que ambos estaban peligrosamente cerca antes del impacto.
Duelo nacional
El accidente ha dejado una profunda marca en la comunidad. Entre los pasajeros del avión se encontraban deportistas y entrenadores de la Federación de Patinaje Artístico de EEUU, quienes regresaban de un campamento de entrenamiento. También viajaban patinadores rusos y ciudadanos de esa nacionalidad, según confirmó el Kremlin.
La alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, expresó su pesar y agradeció los esfuerzos de los equipos de rescate, calificándolos como “heroicos”. “Es un día oscuro para nuestra ciudad y para la aviación en general”, declaró.
El aeropuerto Ronald Reagan suspendió temporalmente sus operaciones tras el siniestro, pero reanudó vuelos la mañana del jueves. Mientras tanto, el país espera respuestas y se une en el dolor por las víctimas de esta terrible tragedia.
MG.