Lo que comenzó como una discusión por una propiedad terminó en tragedia. Una escena que, según los familiares de las víctimas, se tornó violenta sin previo aviso, dejó a dos hombres muertos y a un menor de edad herido. Hoy, sus seres queridos exigen justicia y denuncian la forma en la que se ha intentado justificar el acto violento cometido por Calota “N”, una mujer de la tercera edad, quien ya se encuentra detenida.
Daniela Reyes, familiar de Esaú y Justin Márquez –padre e hijo– rompió el silencio durante el velorio, revelando cómo sucedieron los hechos que conmocionaron al municipio de Chalco. En entrevista con Telediario, narró que el enfrentamiento inició tras una supuesta disputa por el inmueble que habitaban.
De acuerdo con Reyes, ese día fueron alertados vecinos de que una persona había interrumpido en la casa de Justin. Al llegar al lugar, encontraron a Carlota “N, quien se presentó como la propietaria y advirtió que cambiaría las cerraduras para sacar a los ocupantes.
“No se identificó con ningún documento. Solo dijo que ya había puesto denuncia por despojo. Nosotros también íbamos a denunciar porque nos timaron. Pero en ningún momento agresiones de nuestra parte”, señaló Daniela.
Los Márquez, asegura, intentaron resolver el conflicto de manera pacífica. Tenían un contrato que, según ellos, respaldaba su derecho a ocupar la vivienda. Pero la tensión escaló. Las palabras se volvieron gritos, y de pronto, la tragedia se desató”.
“Estábamos hablando tranquilamente… cuando de pronto sacaron las armas. Carlota y el joven que la acompañaba. Ella le disparó a mi suegro primero, y luego a Justin. A mi cuñado le disparó directo en la cabeza. Murió al instante”, relató, aún con la voz entrecortada.
Un menor de 14 años, quien intentó intervenir, también fue alcanzado por las balas y resultó herido.
La indignación de la familia crece al ver cómo en redes sociales algunas personas pintan a Carlota como una heroína. “No pueden romantizar un asesinato. No es justicia, es un crimen”, declaró Daniela, con firmeza.
Carlota “N” fue detenida junto a dos personas que la acompañaban en el momento del ataque. La investigación continúa mientras los familiares claman por una verdad que no quede sepultada junto a sus muertos.
Esta historia aún no termina. Lo que sí es seguro, es que dos vidas se apagaron en un instante, en medio de una disputa que debió resolverse con palabras, no con disparos.
MG.