La Semana Santa comprende del domingo 13 al lunes 21 de abril, marcando uno de los momentos más importante del calendario cristiano. Pero, ¿sabías que esta festividad no tiene una fecha fija y cambia cada año? La razón está en la luna y el calendario astronómico.
El cielo tiene la respuesta
A diferencia de otras celebraciones religiosas, la Semana Santa no se basa en un día del calendario civil, sino en un fenómeno astronómico: se celebra el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Por eso, su fecha puede caer ente el 22 de marzo y el 25 de abril.
Este cálculo se estableció en el año 325 d.C. durante el Concillo de Nicea, con el objetivo de unificar la fecha de la Pascua en todo el mundo cristiano. Hasta ese momento, su celebración solía coincidir con el 14 de Nisán, fecha de la Pascua judía, ya que la muerte de Jesús ocurrió durante esa festividad.
Más que días de descanso: el significado profundo de cada jornada
La Semana Santa, también conocida como Semana Mayor, es mucho más que una serie de días feriados o vacaciones. Se trata de una conmemoración espiritual que recuerda los últimos días de la vida de Jesús, su pasión, muerte y resurrección. A lo largo de ocho días, se revive paso a paso uno de los episodios más trascendentales del cristianismo:
Domingo de Ramos: Marca la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Los fieles acuden a misa con palmas que simbolizan la bienvenida del pueblo a su Salvador.
- Lunes Santo: Se recuerda la unción de Jesús con perfumes en casa de Lázaro, gesto de amor y preparación para su sacrificio.
- Martes Santo: Jesús anuncia que será traicionado. En la lectura el evangelio se anticipan las negaciones de Pedro y la traición de Judas.
- Miércoles Santo: Culmina la cuaresma. Judas pacta con las autoridades religiosas la entrega de Jesús a cambio de 30 monedas de plata.
- Jueves Santo: Se celebra la Última Cena, donde Jesús instituye la Eucaristía y realiza el lavatorio de pies, como acto de humildad. También se conmemora su oración en el Huerto de Getsamaní.
- Viernes Santo: Día de profundo duelo. No se celebra misa. A las 3 de la tarde, hora en la que se cree que Jesús murió en la cruz, se lleva a cabo la Liturgia de la Pasión.
- Sábado Santo: Un día de silencio y recogimiento. Jesús yace en el sepulcro. Las iglesias que permanecen sobrias, sin campanas ni misas, a la espera del milagro.
- Domingo Resurrección: La celebración más grande. Jesús resucita, venciendo a la muerte. En las iglesias se enciente el Cirio Pascual, símbolo de la luz y la vida que retorna al mundo.
Tradición, cultura y devoción
Aunque el enfoque de la Semana Santa es espiritual, en muchas ciudades como Barcelona o Sevilla, también se vive de forma cultural y artística a través de procesiones que dramatizan los momentos más intensos del relato evangélico. Estas representaciones, inspiradas en antiguas costumbres andaluzas, atraen tanto a creyentes como a turistas que buscan experimentar el poder de la fe en cada paso.
Más allá del fervor religioso, esta semana también reúne a las familias en torno a la mesa, se comparten tradiciones como la mona de Pascua o las palmas benditas, y se disfruta de un tiempo de reflexión, unión y esperanza.
MG.