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“¿Y las consecuencias?”: Pati Chapoy lanza crítica a los compositores de corridos violentos

La conversación sobre los límites del arte y su resposanbilidad social sigue encendiendo el debate en México. Esta vez, la voz que se sumó al tema fue la de la reconocida periodista Pati Chapoy, quien durante una emisión de Ventaneando lanzó un llamado a los autores que hacen apología al crimen organizado y a la violencia.

“¿Por qué no escriben sobre las consecuencias?”, cuestionó Chapoy al referirse a los compositores que exaltan la figura de personajes al narcotráfico. “Muy lamentablemente han escrito sobre las ‘bondades’ de estos personajes. ¿Por qué no contar lo que realmente ocurre cuando se entra en ese mundo? Drogas, muerte, sufrimiento… eso también es parte de la historia, pero nadie lo canta”, dijo.

Su mensaje llega en un contexto marcado por las recientes restricciones impuestas en varias entidades del país para limitar la difusión de música que glorifica la violencia. El caso más reciente ocurrió en un concierto del cantante Luis R.Conriquez, donde se generó polémica por no interpretar corridos pese a la insistencia del público.

A esta reflexión se sumó la conductora Linet Puente, quien mencionó que la Ciudad de México podría seguir los pasos de otros estados en aplicar medidas para evitar que este tipo de música se difunda en eventos masivos. “La capital ya analiza unirse a la iniciativa para frenar canciones que hacen apología del delito”, apuntó.

¿Prohibir o transformar?

Lejos de promover una censura absoluta, el gobierno federal ha optado por una estrategia diferente.la presidenta Claudia Sheinbaum presentó recientemente el programa México canta y encanta, un concurso que busca fomentar entre los jóvenes la creación de música con mensajes positivos, alejados de la violencia.

”El objetivo es construir una cultura de paz mediante expresiones creativas. Es un trabajo conjunto entre el gobierno y los jóvenes talentos”, explicó Sheinbaum durante su conferencia matutina del 16 de abril.

La mandataria subrayó que los corridos no están prohibidos, sino que se está incentivando una narrativa distinta. “Promover otro tipo de música es una apuesta. Cada estado y municipio tiene su autonomía para decidir cómo regular este contenido, pero creemos que el cambio debe surgir también de la sociedad”, indicó.

La discusión está lejos de terminar. Lo que sí parece claro es que tanto figuras públicas como autoridades están dispuestas a poner sobre la mesa una pregunta incómoda pero necesaria: ¿qué estamos celebramos cuando coreamos estos temas?

 

MG.