El expresidente Donald Trump ha vuelto a encender las alarmas en el panorama económico y político al revelar su interés por remover a Jerome Powell, actual presidente de la Reserva Federal (Fed). La posibilidad ha sido confirmada por Kevin Hassett, su principal asesor económico, quien señaló que el tema “sigue en evaluación”.
Aunque parezca una simple diferencia de criterios entre dos figuras de alto perfil, lo que está en juego es mucho más profundo: la independencia del banco central más influyente del mundo.
¿Por qué quiere Trump destituir a Powell?
Desde hace tiempo, Trump ha criticado abiertamente la gestión de Powell —a quien él mismo nombró en 2018— por no adoptar una política monetaria más agresiva para impulsar la economía, especialmente en momentos en los que el expresidente considera crucial bajar las tasas de interés.
Recientemente, Powell advirtió que los aranceles comerciales promovidos por Trump podrían desatar presiones inflacionarias y frenar el crecimiento, lo que tensó aún más la relación entre ambos. La respuesta del exmandatario no se hizo esperar. “No estoy contento con él. Quiero que se vaya y lo hará rapidísimo, créanme”, declaró Trump.
Pero la pregunta clave es: ¿Puede realmente destituirlo?
¿Tiene Trump el poder para remover al presidente de la Fed?
La respuesta corta: no tan fácil. La Reserva Federal fue creada con un diseño institucional que garantiza su autonomía frente al poder político, precisamente para que sus decisiones no estén sujetas a presiones del Ejecutivo.
Según la ley federal, los miembros de la Junta de Gobernadores de la Fed solo pueden ser removidos por “causa justificada”, es decir, por faltas graves o mala conducta, no por simples desacuerdos con el presidente. Esta norma fue reforzada por un fallo histórico de la Corte Suprema en 1935 (caso Humphrey’s Executor v. United States), que limitó el poder del Ejecutivo sobre las agencias independientes.
En otras palabras, Trump no puede despedir a Powell solo por tener diferencias con su enfoque económico.
Más allá del cargo: lo que está en juego
Si Trump decidiera avanzar en un intento de destitución sin fundamentos legales sólidos, el movimiento podría desencadenar una crisis institucional, generar incertidumbre en los mercados financieros y deteriorar la confianza internacional en la economía estadounidense.
Además, Powell fue ratificado para un segundo mandato en 2022 por el actual presidente Joe Biden, lo que refuerza su legitimidad al frente de la Fed. Intentar removerlo sería no solo una afrenta a la independencia de la institución, sino también una posible confrontación legal y política de grandes proporciones.
Un viejo conflicto con nuevas implicaciones
Durante su administración, Trump llegó a calificar a Powell como “enemigo” y acusó a la Reserva Federal de actuar con motivaciones políticas. Pero más allá de los calificativos, este nuevo episodio refleja una estrategia recurrente del exmandatario: desafiar los límites institucionales en busca de controlar áreas que tradicionalmente han operado al margen del poder presidencial directo.
En un contexto donde Trump busca regresar a la presidencia, sus declaraciones y acciones respecto a la Reserva Federal podrían transformarse en un tema central de debate electoral, sobre todo en lo que respecta a la autonomía de las instituciones clave del país.
Conclusión
Aunque Trump puede presionar, la ley y los precedentes judiciales están del lado de Powell. Destituir al presidente de la Reserva Federal no es una decisión que se tome con un tuit o una orden directa: requiere pruebas, procesos legales y, sobre todo, una causa que vaya mucho más allá de la política.
El intento de Trump por desafiar la independencia del banco central podría terminar siendo más simbólico que efectivo, pero sí deja claro que, en su visión, el poder presidencial no debería tener límites… ni siquiera en la economía.
MG.