En medio del descanso por el puente vacacional de Semana Santa, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo optó por desconectarse un momento de sus responsabilidades como jefa del Ejecutivo y disfrutar del tiempo en familia. A través de sus redes sociales, compartió una imagen conmovedora con su nieto Pablo, acompañado por un breve mensaje que dejó ver su lado más personal: “Un día con Pablo, mi nieto. Amor, amor, amor”.
La fotografía, publicada en su cuenta oficial de X (antes Twitter), muestra a Sheinbaum de espaldas, vestida con una blusa negra y con el cabello suelto, mientras carga en brazos al pequeño Pablo, de casi dos años de edad. El rostro del niño no es visible, respetando su privacidad, pero la escena transmite cercanía y calidez familiar.
Este es el primer periodo vacacional de Semana Santa que la presidenta vive al frente del país, y ha decidido pasarlo como muchas personas: en casa, rodeada de seres queridos. La imagen ha generado numerosas reacciones en redes sociales, desde mensajes de apoyo hasta muestras de cariño por parte de sus seguidores.
¿Quién es Pablo, el nieto de Sheinbaum?
Pablo nació en mayo de 2023 y es el único nieto de Claudia Sheinbaum hasta el momento. Es hijo de Rodrigo Imaz Alarcón, quien ha sido parte cercana en la vida de la mandataria, incluso después de su separación con Carlos Imaz, padre biológico de Rodrigo y con quien Sheinbaum estuvo casada durante tres décadas.
A pesar de que no existe un lazo sanguíneo directo, la presidenta ha expresado en varias ocasiones que mantiene con Rodrigo una relación de madre e hijo. De hecho, fue él quien estuvo a cargo de la producción del documental ‘Claudia’, que narra la trayectoria personal y política de Sheinbaum.
Un puente con sabor familiar
La publicación de este sábado refleja una faceta poco vista de la presidenta: la de abuela. En medio de una agenda normalmente cargada de actividades y decisiones cruciales, Sheinbaum ha elegido compartir un momento íntimo que, según sus propias palabras, está lleno de amor.
La imagen no solo humaniza a la figura presidencial, sino que también conecta con la ciudadanía desde un plano cotidiano. En tiempos donde la política suele parecer lejana, este tipo de gestos pueden marcar una diferencia en la percepción pública.
Por ahora, la presidenta se toma un respiro. Pero lo hace sin dejar de estar presente en la conversación nacional, esta vez no con discursos o decisiones políticas, sino con una imagen que habla por sí sola.
MG.