Desde el corazón del Vaticano, en medio del luto por el papa Francisco, Donald Trump lanzó un mensaje claro y contundente: Vladimir Putin podría no estar interesado en detener la guerra en Ucrania.
En una publicación en Truth Social, tras reunirse brevemente con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, Trump criticó duramente al líder ruso, cuestionando los recientes bombardeos contra zonas civiles. “Putin no tenía ninguna razón para disparar misiles contra ciudades y pueblos”, escribió. “Quizá no quiere poner fin al conflicto… y deba ser tratado de otra manera”, agregó, sugiriendo nuevas sanciones económicas más agresivas.
La advertencia llega tras un devastador ataque ruso en Kiev, que dejó 12 muertos y decenas de heridos, avivando las tensiones internacionales. Trump planteó la posibilidad de atacar directamente al sistema bancario ruso o aplicar “sanciones secundarias”, medidas que golpearían aún más fuerte la ya golpeada economía de Moscú.
Una reunión cargada de simbolismo
El breve encuentro entre Trump y Zelensky, realizado en la majestuosa Basílica de San Pedro antes del funeral papal, duró apenas 15 minutos, pero dejó imágenes poderosas: dos líderes, rostros serios, sentados frente a frente en un suelo de mármol, en lo que muchos describen como una conversación crucial para el futuro de Ucrania.
“Sobran las palabras para describir la importancia de esta reunión histórica”, escribió Andrii Sibiga, ministro de Exteriores ucraniano.
Zelensky, por su parte, destacó en redes sociales que fue “una buena reunión” en la que discutieron un alto el fuego inmediato y la construcción de “una paz sólida y duradera”.
¿Putin quiere negociar?
En paralelo, Moscú dio señales mixtas. Según informó el portavoz Dmitri Peskov, Putin le aseguró al enviado estadounidense Steve Witkoff su disposición a reanudar negociaciones con Ucrania “sin condiciones previas”. Sin embargo, en la práctica, el Kremlin mantiene exigencias claras: retener el control de cinco regiones ucranianas, impedir la adhesión de Kiev a la OTAN y desmilitarizar el país.
Mientras tanto, el Kremlin calificó el encuentro con Witkoff como “constructivo y muy útil”, aunque los analistas internacionales advierten que, pese a la retórica conciliadora, Moscú sigue firme en sus ambiciones territoriales.
Un escenario de alta tensión
La postura de Trump marca un giro importante en el enfoque estadounidense hacia Rusia y deja entrever que Washington podría escalar aún más su presión económica si Putin insiste en atacar a civiles.
Mientras en el Vaticano se tejían conversaciones de paz bajo un ambiente solemne, el conflicto en Europa del Este sigue sumando víctimas y complejizando los esfuerzos diplomáticos. ¿Será este el principio de un cambio real o solo un nuevo capítulo de tensiones?
MG.