En medio de carencias, rezago social y falta de servicios básicos, el presidente municipal de Tianguistengo, Febronio Ramírez, desató una ola de indignación tras organizar una fiesta de XV años para su hija Melani que incluyó como artista estelar al cantante El Komander y convocó a cerca de mil invitados.
El evento, realizado en el municipio vecino de Zacualtipán, generó fuertes críticas entre habitantes de Tianguistengo, quienes cuestionan el desmedido gasto en un festejo privado mientras en su comunidad faltan medicinas, doctores y apoyo educativo.
“Aquí no hay ni lo básico, pero sí hay dinero para pagarle a un artista que cobra millones por presentación. Queremos saber de dónde salió el dinero”, comentó una vecina en redes sociales, donde el tema se viralizó con rapidez.
Un lujo en medio de la necesidad
Lo que más molestó a los ciudadanos fue la ostentación con la que se llevó a cabo la fiesta. Entre los asistentes figuraron políticos de alto perfil, como Sinuhé Ramírez Oviedo, alcalde de Zempoala y exlíder del SNTE, y César Meléndez, comisario estatal de la Policía.
La elección de El Komander como invitado musical también generó controversias, no solo por su alto costo, sino por el tipo de música que representa. El cantante es conocido por interpretar narcocorridos, un género que ha sido duramente cuestionado por glorificar la violencia y el crimen, temas especialmente sensibles en zonas marcadas por la inseguridad.
Nepotismo y poder familiar
Febronio Ramírez, quien asumió el cargo bajo la coalición Nueva Alianaza-Morena, ya arrastraba acusaciones de nepotismo. Actualmente, al menos cinco de sus familiares ocupan cargos públicos, entre ellos su esposa, un sobrino y una hermana. Su familia ha ejercido el poder en Tianguistengo durante años: su hermano Crisóforo, fue alcalde anterior hasta su fallecimiento en 2022, dejando al clan en control político local.
Sin explicaciones claras
A pesar de la presión social, el alcalde no ha emitido declaraciones oficiales sobre el origen de los recursos utilizados para financiar el evento. La falta de transparencia ha encendido aún más la molestia entre los habitantes, que exigen una investigación a fondo sobre el uso de los recursos públicos.
Para muchos, esta fiesta no es solo una falta de responsabilidad, sino un símbolo de desconexión y abuso de poder, que contrasta violentamente con la realidad de miles de ciudadanos que sobreviven día a día entre carencias.
MG.