Rihanna ha transformado una vez más la moda en un acto de poder personal. La noche del lunes, la estrella mundial aprovechó el escenario más glamuroso del año, la MET Gala 2025, para revelar que está esperando a su tercer bebé con el rapero A$AP Rocky. ¿Cómo lo hizo? Al puro estilo Rihanna: con una aparición espectacular, estilismo impecable y su ya tradicional ruptura de normas.
La fundadora de Fenty fue la última en pisar la alfombra roja del Museo Metropolitano de Arte, luciendo un conjunto diseñado por Marc Jacobs que dejó sin aliento a los presentes. Compuesto por una falda estructurada con polisón, corpiño de lana, tacones con cadenas y un sombrero de alto impacto, el look no solo fue una declaración de moda, sino también de maternidad poderosa. Su vientre, visiblemente abultado, se robó las cámaras.
Pero la noticia no fue del todo inesperada. Horas antes, Rihanna ya había despertado sospechas al salir del Hotel Carlyle con un atuendo Miu Miu que dejaba entrever su pancita, cubierto a ratos por una bufanda de piel mientras desafiaba la lluvia bajo los paraguas de sus asistentes. La confirmación llegó con su aparición oficial en la gala, sellando el anuncio de su embarazo número tres.
Con 37 años, Rihanna continúa desafiando las reglas de la maternidad en el ojo público. Desde su primer embarazo en 2022, ha dejado claro que no piensa esconder su cuerpo cambiante ni adaptarse al molde tradicional de “ropa premamá”. Cada aparición ha sido una afirmación de libertad, estilo y feminidad sin concesiones. “No voy a dejar que mi cuerpo cambie mi forma de vestirme”, declaró alguna vez, y lo sigue cumpliendo al pie de la letra.
La artista ya es madre de dos niños: RZA, nacido en mayo de 2022, y Riot Rose, quien llegó en agosto de 2023. La pareja, que inició su relación en 2020 tras años de amistad y colaboración musical, se muestra más fuerte que nunca, y el apoyo mutuo fue evidente en la gala, donde Rocky participó como uno de los copresidentes de estilo del evento.
Más allá de la moda, la forma en que Rihanna vive sus embarazos ha sido analizada como un acto de resistencia cultural. En una era donde el control sobre los cuerpos femeninos está en constante debate, ella rompe esquemas mostrando su barriga con orgullo y sin filtros. Para expertos en estudios de género, su postura representa una afirmación política de autonomía y visibilidad.
Esta MET Gala no solo será recordada por su fastuosidad, sino por una Rihanna que, una vez más, convirtió la maternidad en arte, estilo y poder. Y como siempre, lo hizo en sus propios términos.
MG.