Los integrantes del grupo regional Los Alegres del Barranco fueron formalmente imputados este martes por el delito de apología del crimen organizado, luego de proyectar imágenes del presunto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemsio Oseguera, durante un concierto en Zapopan.
Los músicos comparecieron ante el juez Gildardo Joel Landeros Parra en los Juzgados de Control y Juicio Oral de Puente Grande, Jalisco. Acompañados por su representante legal y su promotor, Yani Camanera, los acusados evitaron dar declaraciones a la prensa a su llegada. Tras poco menos de tres horas de audiencia, salieron del recinto sin emitir comentarios relevantes sobre el proceso.
Como parte de las medidas cautelares, el juez prohibió a los imputados salir del estado durante los próximos seis días, hasta que se realice la próxima audiencia el lunes, donde se definirá su situación jurídica. Además, les fijó una garantía económica de 300 mil pesos a cada uno, sumando un total de 1.8 millones de pesos.
La Fiscalía de Jalisco sostiene que durante su presentación del 29 de marzo en el Auditorio Telmex de la Universidad de Guadalajara, el grupo proyectó un video con imágenes de “El Mencho” mientras interpretaban el corrido El dueño del Palenque, lo que podría constituir una forma de enaltecimiento del crimen organizado.
A este caso se suman dos nuevas investigaciones que la Fiscalía abrió de forma oficiosa tras recientes presentaciones del grupo en Tequila y Cihuatán. En ambos conciertos, supuestamente se volvieron a reproducir letras que hacen referencia a figuras del narcotráfico. Estas conductas se investigan por separado, aunque aún no han sido judicializadas.
El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus Navarro, criticó con dureza al grupo por lo que calificó como una “reincidencia cínica”. Acusó a los organizadores y a los ayuntamientos de permitir “narco-karaokes disfrazados de conciertos” y exigió que los alcaldes de Tequila y Cihuatlán también rindan cuentas.
“El acuerdo es claro: no se debía hacer apología del delito. Pero proyectar letras de corridos que glorifican al crimen es una simulación inaceptable”, expresó el mandatario estatal.
El caso ha desatado un debate sobre los límites de la libertad artística frente a la responsabilidad social de los intérpretes de música regional, especialmente en un contexto marcado por la violencia y el poder de los cárteles en varias regiones del país.
MG.