Una ceremonia que unió a dos niños de apenas 12 años en el poblado indígena de San Pedro Cuitlapan, Guerreo, ha encendido las alarmas sobre la persistencia de prácticas que atentan contra os derechos de la niñez en México. Celebrada el pasado domingo 4 de mayo como parte de un ritual tradicional, la supuesta boda fue avalada por autoridades comunitarias, pero no tiene ningún reconocimiento legal.
En videos que circularon rápidamente por redes sociales, se ve a los menores vestidos como novios, bailando un vals y besándose, mientras los asistentes les aplauden y gritan “¡beso, beso!”. El acto fue criticado por defensores de derechos humanos, usuarios en línea y funcionarios públicos, quienes calificaron la escena como un reflejo preocupante de la normalización de matrimonios infantiles en comunidades marginadas.
Las autoridades se deslindan
El alcalde de Tlacoachistlahuaca, Emmanuel Cuevas Rodríguez, rechazó categóricamente que el gobierno municipal haya tenido participación en el evento. En un video publicado por el Ayuntamiento, el edil aseguró que el supuesto matrimonio no tiene validez legal y reiteró su compromiso de erradicar cualquier práctica que vulnere la dignidad de niñas y niños.
“En Tlacoachistlahuaca no vamos a permitir que se sigan realizando actos que atenten contra el derecho de nuestros niños a una infancia libre y plena”, afirmó Cuevas Rodríguez, quien también hizo un llamado al gobierno estatal y federal para coordinar esfuerzos contra estas costumbres.
No fue boda legal, pero sí un ritual preocupante
El Registro Civil de Guerrero confirmó que no existe ningún acta que respalde la supuesta unión, y subrayó que en México la edad mínima legal para casarse es de 18 años. Sin embargo, el evento se realizó bajo prácticas comunitarias que, según líderes locales, no constituyen un matrimonio formal, sino una celebración entre familias.
“Lo que ocurrió fue una fiesta cultural entre familias. No se trató de una matrimonio civil ni religioso”, explicó Roberto Barreto Bohórquez, titular del Sistema Estatal del Registro Civil. Pese a ello, organizaciones civiles alertan que estas ceremonias suelen ser el primer paso hacia uniones forzadas y que, en algunos casos, implican transacciones económicas por parte de las familias.
Denuncias de venta de niñas persisten
La activista Herlinda Tiburcio Cayetano, originaria del municipio, denunció que estos casos son frecuentes en la región de la Montaña de Guerrero, y que en muchas ocasiones las niñas son vendidas por sumas que van desde los 400 mil gasta los 700 mil pesos.
Incluso, señaló que algunos residentes en Estados Unidos pagan para llevarse a las menores, a veces mediante redes de tráfico de personas. “Las niñas son compradas, trasladadas a la frontera y luego cruzan a territorio estadounidense con la ayuda de coyotes”, alertó.
Tiburcio recordó un caso reciente en Cochoapa El Grande, donde una niña fue retenida durante cuatro días luego de que su madre no devolviera el dinero que recibió como dote en una boda infantil.
Un llamado urgente a frenar estas prácticas
El procurador de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes en Guerrero, Abel López Marcial, afirmó que ya se trabaja en el acompañamiento del caso y en generar campañas de sensibilización en las comunidades.
Pese a los esfuerzos institucionales, los videos de la reciente celebración han evidenciado la brecha entre la ley y la realidad en zonas donde el acceso a la educación y la justicia es limitado.
Mientras tanto, organizaciones y defensores de derechos humanos exigen acciones contundentes para erradicar de raíz las uniones forzadas de menores y organizar que la niñez en México tenga un futuro libre de violencia y explotación.
MG.