En medio de la creciente preocupación por la seguridad en eventos masivos, el Pitchfork Music Festival México, que celebró su segunda edición del 1 al 4 de mayo con artistas como Silvana Estrada, Black Country, New Road y Machine Girl, ha generado polémica al exigir a medios y fotoperiodistas la firma de un documento de deslinde de responsabilidades antes de permitirles cubrir el evento.
Esta medida surge poco después de la tragedia en el festival Axe Ceremonia, donde dos fotógrafos fallecieron al colapsar una grúa. Ante ese antecedente, Pitchfork introdujo una “nueva manera de trabajar” que incluye un supuesto seguro de accidentes. Sin embargo, el documento no especifica las condiciones ni la cobertura del seguro, generando incertidumbre y críticas en redes sociales.
La carta, distribuida a los jefes de prensa para que la entregaran a sus equipos, libera a la empresa organizadora de cualquier responsabilidad en caso de accidentes. A cambio, se ofrece acceso al festival, una carpa de medios, acreditación, un boleto… y la ambigua promesa de un seguro.
La reacción no tardó. En plataformas como X (antes Twitter), numerosos fotógrafos independientes y responsables de medios criticaron la medida, considerándola una imposición injusta que refleja el deterioro de las condiciones laborales en este tipo de coberturas.
“Para obtener acreditaciones nos piden pruebas, enlaces y publicaciones en redes o sitios web que debemos pagar nosotros mismos”, denunció Cristian Núñez, creador del medio independiente Explosión Visual. Además, señaló que el tiempo permitido para tomar fotos es extremadamente corto —de una a tres canciones— antes de ser retirados de la zona frente al escenario.
La precariedad va más allá: no se les proporciona alimentación, deben cubrir escenarios lejanos entre sí, usan equipo propio, editan y envían su material lo antes posible, y al final del día, deben costear su regreso a casa en servicios de transporte privado, dado que los festivales concluyen a altas horas de la noche.
La respuesta oficial de Pitchfork a las críticas fue escueta: “Lamentamos los inconvenientes que esta nueva modalidad pueda causar. Es con el fin de protegerlos mejor”.
Sin embargo, para muchos trabajadores de la imagen, la medida parece más una estrategia legal que una verdadera preocupación por su bienestar. La conversación está abierta, y la presión en redes continúa creciendo, en busca de condiciones laborales dignas y seguras para quienes hacen posible la cobertura de estos espectáculos.
MG.