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“Solo quiero conocerlo”: José Manuel Figueroa rompe el silencio y lanza un emotivo llamado a su sobrino

En medio del bullicio de los aeropuertos y los flashes de las cámaras, José Manuel Figueroa se detuvo para hablar de algo que lleva en el alma: su deseo profundo de conocer a José Julián, el hijo de su fallecido hermano, Julián Figueroa. A sus 50 años, el cantante abrió su corazón y compartió una súplica que va más allá de lo mediático: un llamado a la familia, al amor y al perdón.

Sería fenomenal poder conocerlo”, expresó con la voz cargada de emoción. No se trata de un capricho ni de una obligación, sino de un sentimiento genuino que ha crecido con el paso del tiempo y la ausencia. José Manuel reconoce que nunca tuvo la oportunidad de convivir con el niño, ni siquiera cuando Julián aún vivía, y hoy, con cautela y respeto, espera que Imelda Garza, madre del menor, le permita acercarse.

La relación entre las familias, marcada por la pérdida y los desacuerdos legales en torno a la custodia del niño, ha complicado el panorama. Sin embargo, Figueroa insiste en que su intención no es generar polémica, sino tender un puente emocional. “Ojalá, cuando todo esté más tranquilo, me den la oportunidad de saludarlo”, dijo a los medio en su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Lejos de entrar en controversias o juicios, el artista apela a la empatía: “Lo más importante es el corazón del niño”, afirmó con claridad, dejando es segundo plano cualquier conflicto familiar o jurídico. Su llamado es prudente, casi silencioso, pero cargado de esperanza.

La transformación de un abuelo

En paralelo, José Manuel vive una etapa de renovación personal gracias a la llegada de su nieto. Convertirse en abuelo le ha dado un nuevo propósito: “Quiero vivir más tiempo, leer más libros, sembrar más árboles, cuidar mi salud… y amarlo con toda mi alma”, compartió con una sinceridad desarmante. Esta nueva experiencia le ha cambiado la perspectiva y lo ha motivado a buscar relaciones más profundas y significativas, como la que desea tener con su sobrino.

Entre la fama y la necesidad de paz

Pese a su experiencia en el medio, José Manuel admite sentirse cansado del ruido mediático. Incluso reveló que trabaja para comprarse un jet privado, no como símbolo de lujo, sino como una forma de evitar el constante escrutinio y proteger su espacio personal. “Estoy ahorrando para eso. Quiero evitar los dimes y diretes”, dijo, con una mezcla de humor e ironía.

Su reciente cumpleaños número 50 lo celebró en privado, lejos de fiestas ostentosas, en una reunión familiar en Los Ángeles. Esa elección refleja su estado actual: más enfocado en la conexión emocional que en los reflectores.

Un lazo que aún puede nacer

El deseo de José Manuel Figueroa no tiene tintes dramáticos ni intenciones ocultas. Es el anhelo legítimo de un tío que, desde el cariño y la nostalgia, espera poder conocer a su sobrino. “No lo he visto, pero quiero hacerlo. Espero que se abra esa puerta”, repitió con la esperanza de que el tiempo, la madurez y el amor puedan hacer posible ese encuentro.

En un mundo donde los conflictos familiares a menudo se ventilan con rencor, su mensaje es diferentes: es una invitación a construir, a sanar, y a unir lo que la vida separó antes de tiempo.

 

 

MG.