Una criatura con dientes afilados y sonrisa inquietante está revolucionando el mercado global de juguetes. Se trata de Labubu, el peluche estrella de la compañía china Pop Mart, que ha escalado hasta convertirse en un fenómeno viral, coleccionable y altamente rentable, pese a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
En un contexto marcado por aranceles elevados, Pop Mart no solo ha sobrevivido, sino que ha prosperado. Durante 2024, la empresa reportó ingresos por más de 1.800 millones de dólares, sus cifras del año anterior. La línea The Monsters, donde Labubu es el protagonista, generó por sí sola más de 419 millones, con un crecimiento explosivo de más de 700%.
Viral, coleccionable y adictivo
Labubu no es un peluche cualquiera. Su diseño combina ternura con un toque oscuro que ha atrapado a millones de jóvenes, especialmente de la Generación Z, quienes comparten videos de “unboxings” en TikTok y compiten por conseguir las versiones más raras. Las figuras se venden en cajas sorpresa, lo que conviene cada compra en un juego de azar moderado: nunca sabes cuál recibirás hasta abrirla.
Esta fórmula ha generado una verdadera fiebre coleccionista, con modelos agotándose en segundos y reventas que alcanzan precios de hasta 600 dólares. En Estados Unidos, las tiendas físicas de Pop Mart en Los Ángeles y Houston han visto filas de clientes durante horas, ansiosos por conseguir su Labubu ideal.
Crecimiento imparable pese a las barreras
La guerra comercial entre Washinton y Beijing no ha frenado el avance de Pop Mart. Incluso con aranceles de hasta el 145%, la empresa ha mantenido su promesa de no trasladar el costo del consumidor, al menos de forma directa. Algunas ediciones especiales, como las lanzadas en abril, han subido de precio a 27,99 dólares, pero el interés sigue intacto.
La compañía planea diversificar su producción fuera de China, con países como Vietnam en la mira, para esquivar futuras restricciones. Esta estrategia busca garantizar su expansión en mercados clave como el estadounidense, donde las ventas crecieron hasta un 900% en 2024.
¿Un juego o una apuesta?
El éxito de Labubu también ha reavivado el debate sobre las cajas sorpresa. Algunos expertos advierten que este formato, tan popular en juguetes y videojuegos, puede fomentar comportamientos compulsivos similares a los juegos de azar. En china, incluso se impusieron regulaciones que prohíben su venta a menores de ocho años y exigen autorización parental para adolescentes.
Aun así, Labubu sigue creciendo como símbolo de una nueva generación de consumidores: visuales, digitales y emocionalmente conectados con sus objetos de colección.
MG.