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Brutal golpiza a frutero en Tehuacán, Puebla desata furia vecinal y termina en incendio de casa

Lo que empezó como una agresión contra un joven vendedor de frutas terminó en una noche de furia, fuego y justicia por mano propia. Misael, comerciante ambulante en Tehuacán, fue salvajemente golpeado por presuntos integrantes de una familia que le exigía mover su puesto de la vía pública. Eñ video del ataque se viralizó rápidamente, encendiendo la indignación de miles de usuarios en redes sociales… y, horas más tarde, literalmente las calles.

En las imágenes difundidas se observa a un hombre sujetar a Misael por el cuello con una llave tipo “china”, mientras otro lo golpea directamente en el rostro. Todo, a plena luz del día y sin provocación aparente. Tras los golpes, el joven quedó inconsciente sobre el pavimento, sin que nadie interviniera en el momento.

La respuesta ciudadana no tardó en llegar. Vehículos, motociclistas y comerciantes se congregaron frente al domicilio de los presuntos agresores, en la calle Independencia Oriente, para exigir justicia. Sin embargo, la protesta escaló rápidamente: pasada la medianoche, un grupo encapuchado prendió fuego a una casa y un automóvil que, según versiones, pertenecen a la familia agresora.

Policías municipales y estatales llegaron al lugar para controlar la situación y evacuar a los habitantes de la vivienda, quienes salieron escoltados en patrullas. El incendio, registrado en el Fraccionamiento La Concordia, quedó captado en múltiples videos que muestran llamas saliendo de puertas y ventanas, mientras una multitud observaba desde la calle.

La Fiscalía General del Estado de Puebla confirmó que ya se abrió una carpeta de investigación por el delito de lesiones. También se giraron medidas de protección a favor de Misael Galván, entre ellas la prohibición para que los señalados se acerquen o se comuniquen con él. Las personas identificadas por la Fiscalía como presuntos responsables son Julio Flores Cabrera y su hijo Gerson Flores, vinculados con el negocio “Refri Tecnia”, ubicado en la misma zona donde ocurrió el ataque.

De acuerdo con conocidos de Misael, el joven trabaja para ayudar económicamente a sus padres, uno de ellos hospitalizado, lo que ha aumentado el respaldo popular hacia él. En redes sociales, el caso ha provocado una oleada de solidaridad, indignación y llamados a que las autoridades actúen con celebridad y contundencia.

Hasta el momento, ni el gobierno municipal ni el estatal han emitido un pronunciamiento oficial sobre los hechos.

El caso de Misael ha tocado una fibra sensible en Puebla: la del hartazgo social ante la impunidad. Y en Tehuacán, la exigencia es clara: justicia, no venganza, pero tampoco silencio.

 

 

MG.