El campamento improvisado de migrantes en el Parque Guadalupe Victoria, a las afueras del Metro Candelaria, fue desalojado este martes 28 de mayo por autoridades de la Ciudad de México. Más de 150 personas en situación de movilidad, incluyendo 45 niñas y niños, fueron notificadas y obligadas a abandonar el lugar. Sin embargo, solo 26 migrantes aceptaron ser trasladados al albergue Vasco de Quiroga, ubicado en el barrio de Tepito.
El operativo fue encabezado por la Coordinación de Movilidad Humana, con apoyo de elementos de la alcaldía Venustiano Carranza, servicios de limpieza, y la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Las autoridades utilizaron herramientas manuales y maquinaria para desmantelar las estructuras improvisadas, mientras que camiones de basura se llevaron los restos de lo que fueron viviendas temporales.
Fin de un refugio en constante movimiento
El campamento de Guadalupe Victoria llegó a ser considerado uno de los más grandes de la capital. Desde 2023, albergó a cerca de mil personas, muchas de ellas provenientes del campamento que se encontraba en la Plaza de la Soledad, cerca del barrio de La Merced.
Pero la permanencia nunca fue estable. En varias ocasiones, el gobierno capitalino ha desalojado temporalmente a los migrantes, especialmente durante eventos como la tradicional vendimia de Ramos en abril o actividades del Día del Niño. En esas ocasiones, los habitantes eran reubicados o regresaban con condiciones impuestas, como limitarse a ocupar solo la mitad del parque.
Durante su estancia, recibieron atención por parte de organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras, así como apoyo médico del gobierno local. Sin embargo, las condiciones del lugar generaron crecientes preocupaciones por focos de inseguridad y riesgos sanitarios, según justificaron las autoridades.
Violencia y tensión
La decisión del desalojo también responde a recientes hechos de violencia. Uno de los incidentes más graves ocurrió el pasado 23 de mayo, cuando un joven triqui fue atacado con un machete por presuntos migrantes, lo que le provocó la pérdida parcial del labio, según reportes difundidos en redes sociales.
Estos hechos han intensificado el debate sobre las condiciones de los campamentos improvisados y la convivencia entre comunidades en situación de vulnerabilidad.
Entre la incertidumbre y la necesidad
Aunque el albergue Vasco de Quiroga tiene capacidad para 500 personas, la mayoría de los migrantes prefirió no ir. Algunos han decidido buscar habitaciones en renta en zonas como Tepito, 100 Metros o incluso Ecatepec, en el Estado de México.
De acuerdo con el diario La Jornada, el gobierno ha apoyado a algunos migrantes con el traslado de sus pertenencias, pero muchos siguen sin saber qué pasará con ellos a largo plazo. La incertidumbre sobre futuras acciones de las autoridades persiste.
Las historias de quienes vivían en el campamento revelan la complejidad del fenómeno migratorio en la capital: vulnerabilidad, desplazamientos forzados y la búsqueda constante de un lugar seguro.