Rocío Uribe de Santiago, originaria del Distrito Federal, tiene 21 años, estudia la carrera de Hotelería y Turismo en el Tec Milenio y se animó a competir por la máxima corona del Carnaval Internacional Mazatlán 2015, cuando supo que aunque foránea, cumple los requisitos de la convocatoria.
La aspirante a la corona comparte sus estudios con la locución en una radio local y aprovecha sus ratos libres para desarrollar una intensa campaña impulsada por el apoyo de sus compañeros de trabajo y amigos pues no tiene familia en Mazatlán. Sus padres viven en la Ciudad de México, pero sus tías Celia Ibarra y Celia Jáuregui Ibarra, Reina de los Juegos Florales en 1993, la asesoran.
“Cuando salieron las convocatorias lo dijimos en el programa y fuera del aire yo comenté que me quería lanzar de candidata, mis compañeros me dijeron sí, lánzate, nosotros te apoyamos”.
Participar en el certamen para elegir a la próxima reina del Carnaval ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, comenta Rocío.
“He aprendido muchísimo, hay cambios positivos en mi persona, no me gustaba arreglarme tanto, no me sabía maquillar, ni peinar, todo el tiempo me la pasaba en tenis, en zapatitos, en short, en lo personal he aprendido a maquillarme, a pegarme las pestañas, hacerme los risados con la plancha, estoy muy contenta y es algo que he valorado mucho porque estoy creciendo como mujer, como persona , estoy aprendiendo a expresar más mis ideas, mis sentimientos, me han dado muchos consejos, mis compañeros de la radio, me están enseñando a utilizar mejor mi voz”.
En la pasarela la candidata recibe asesoría de Lucía Aikens y esto la traquiliza porque caminar con tacones era lo que más le preocupaba, porque antes del concurso nunca andaba en tacones.
“Andaba sin zapatos porque me la llevaba con la tabla de surf para todos lados, entonces es algo muy padre y me siento plena con todo lo que estoy aprendiendo a vivir”.
La aspirante al reinado vive en Mazatlán encantada de la vida, pues a diferencia de la Ciudad de México aquí se pueden hacer muchas cosas a la vez.
“Me encanta el mar, todo lo que tiene que ver con la playa, el sol, me gusta broncearme, cuando llegué a Mazatlán me la pasaba en la playa hasta que terminaba como camarón. Yo encantada de la vida, siempre me ha gustado el surf, busqué amigos que me enseñaran y aprendí a surfear”.
Mientras habla la joven de blonda y larga cabellera no deja de sonreir, hay en sus palabras un toque de agradecimiento a la ciudad que la acogió para regalarle momentos de felicidad y satisfacción personal.
“La verdad desde que llegué a Mazatlán conocí una vida muy diferente. Vivir en la ciudad de México, es una cosa muy cotidiana, allá solo estudias y ya no haces otra cosa; yo llegue a Mazatlán y aprendí una calidad de vida muy diferente, porque llego y puedo estudiar, trabajar, salir con mis amigos, hacer deporte, ir al gimnasio, ir a la playa, patinar, puedes hacer infinidad de cosas, en verdad aprecio mucho la oportunidad de tener una calidad de vida mejor, como la que tengo ahorita y poder disfrutarla así, estoy encantada”.
Finalmente subraya que el carnaval de Mazatlán es una fiesta con la capacidad de reinventarse cada año y el amor que le tienen los mazatlecos es increíble.
A quienes competimos por el reinado esta experiencia nos va a servir en nuestras carreras profesionales, este concurso representa una transformación y me puede ayudar mucho en mi vida personal, antes me gustaba el carnaval ahora me fascina, estoy muy contenta y lo estoy disfrutando mucho, concluye.