Para todo mundo es sabido cómo estábamos en Mazatlán entre el 2008 y el 2010.
Mazatlán se acabó.
La guerra desatada por el gobierno de Felipe Calderón en contra de los grupos criminales, nos arrastró. Pero también quedamos en medio de la encarnizada disputa interna de las células delictivas que por acá operaban.
La cifra de más de 300 asesinatos en un año espantaba a cualquiera.
Y claro, como consecuencia de ese terrible episodio, no sólo se fueron los cruceros, dejaron de venir los turistas, no había inversión privada y los mazatlecos dejamos de salir con nuestras familias.
Por decisión propia nos encerramos a piedra y lodo, esperando sin más remedio escuchar el ulular de las sirenas y las balaceras, incluso en el malecón y la zona dorada. A cualquier hora del día.
Levantar y “revivir” turísticamente a Mazatlán, el principal destino playa del noroeste del país, no ha sido una tarea fácil. Ha costado y mucho.
No se le puede regatear al gobernador del estado y a sus jefes policiacos, el valor que tuvieron para agarrar el toro por los cuernos. ¡Y vaya qué toro!.
Y es que no se puede disolver el binomio turismo y seguridad. Sin seguridad no puede haber lo primero. Y gracias precisamente a los avances en materia de seguridad, hoy se puede hablar de otro Mazatlán, muy diferente al que teníamos hace 5 años.
Hoy Mazatlán goza de un buen momento turístico, como pocos destinos en el país.
Hoy tenemos cruceros, hay inversión privada, regresó el turismo nacional y extranjero y los mazatlecos ya podemos salir de noche al malecón.
Por eso es muy importante que no se descuide por ningún motivo el tema de la seguridad. Que se atiendan, con urgencia los asuntos delicados. No sólo que se hagan declaraciones, sino que se implementen acciones. Eso es lo más importante.
Acuérdense, la confianza mató al gato.
Sería una lástima que se perdiera todo lo ganado ¿no cree usted?
ANTES DE despedirme, solo quiero agradecer a mi amigo y colega Roberto Osuna Amézquita, su invitación para colaborar a partir de hoy en este portal.
Gracias y espero estimado lector no aburrirlo.
Hasta mañana.
