Me habló un amigo empresario, luego de haber leído mi entrega de ayer lunes.
De entrada me dijo que estaba totalmente de acuerdo en el planteamiento expuesto aquí, en el sentido de que aunque se legalice la marihuana como quieren algunos partidos, activistas e intelectuales, el negocio del narcotráfico jamás se va a terminar.
Y me dio un dato, nada más para que usted estimado lector, entienda hasta dónde está metido este “cáncer” en nuestra economía nacional.
Según estimaciones de la Secretaría de Hacienda, hacia el año 2010 –hace 5 años- 10 mil millones de dólares se movían en nuestra economía procedente de actividades ilícitas.
También me preguntaba que si estoy o no de acuerdo en la otra propuesta: la de legalizar la marihuana o sus derivados mejor dicho, con fines estrictamente medicinales o terapéuticos.
Ahí sí, estoy de acuerdo.
¿Por qué?
Porque en ese caso en especial si se ha comprobado y probado científicamente que los medicamentos derivados de esta hierba resultan eficaces y efectivos, dan resultados en enfermedades o padecimientos graves.
Un caso conocido a nivel nacional lo tenemos con Grace, una pequeña de Monterrey, en el estado de Nuevo León, a quien sus padres le llegaron a registrar hasta 120 ataques epilépticos al día.
Ellos consiguieron un amparo de la justicia federal para que pudieran importar un medicamento derivado de la marihuana en los Estados Unidos y los resultados dicen, se vieron casi de inmediato. Es decir, han sido satisfactorios.
Hay una mejoría sustancial en la pequeña.
Sí, solo en esos casos creo que la mayoría de los mexicanos estaríamos de acuerdo en que se despenalizara, no solamente por el solo gusto de “quemar” marihuana.
Pero bueno, cada quien es libre de meterse la porquería que quiera en su organismo.
Esa es decisión de cada quien. Y ahí sí, mi respeto.
Gracias por leernos.
Hasta mañana.
