Tengo el gusto de conocerlo desde hace rato y la verdad que da gusto saber que en Sinaloa y en nuestros pueblos, sí hay gente buena, que se preocupa por su comunidad y por su gente.
Personajes de mucha valía además. De esos que nunca esperan algo a cambio.
En una sociedad como la nuestra, tan convulsionada, con tantos problemas, con tanta pérdida de valores, cuando vemos que cada vez se pierde más el sentido de la solidaridad y de humanidad con el más necesitado, es cuando este tipo de personajes crecen.
La verdad si hubiese muchos hombres como el doctor Marcos Osuna, parido en El Quelite, otro gallo les cantara a los pueblos.
Tal vez todos fueron mágicos o señoriales.
Médico de profesión, pero restaurantero de corazón, el doctor Marcos Osuna, no sólo es un reconocido y destacado prestador de servicios, es un promotor turístico nato.
Tiene y nació con ese don.
Pero, todavía encima de todo esto, además es un filántropo en todo el sentido de la expresión.
Le sale del corazón ayudar a su gente, a su pueblo, a los niños, la educación, a las familias que tienen problemas. Da empleo. En fin.
El no espera que el gobierno le dé, él le aporta y mucho para que El Quelite, hoy sea lo que es.
Sin temor a equivocarme, El Quelite ha crecido y se ha desarrollado turística y comercialmente gracias a personas como el doctor.
Ojalá, que no pare, porque es un incansable gestor de obras y proyectos en beneficio de su comunidad y de su gente.
Insisto, si hubiese muchos “marcos osuna” muchos pueblos sinaloenses no vivieran en el atraso y el rezago como hay muchos.
Como decía aquel inolvidable cronista deportivo, Angel Fernández, ante el doctor “me pongo de pie”.
Hasta mañana.
