Desde hace años los pequeños productores de leche de nuestro país han venido denunciando los bajos precios que los industriales les pagan por su producto.
No hay margen de ganancia.
Pero además y de manera permanente han venido señalando la importación indiscriminada de productos lácteos con fórmulas químicas.
Productos que no sólo causan un daño a la salud de los consumidores, sino que se han convertido, por sus bajos precios, en una verdadera competencia desleal para ellos.
El 98% de los productores de leche de nuestro país son pequeños y medianos, muchos de ellos heredaron la actividad de sus padres o abuelos.
Pequeñas empresas familiares la mayoría que no cuentan con apoyo crediticios para poder crecer.
Por eso hoy, ya no aguantan más.
Miles y miles de lecheros han tenido que vender sus vacas. Ya no es negocio.
Otros, todavía se resisten a cerrar el corral y se mantienen con ganancias mínimas para sobrevivir.
Por eso y con justa razón reclaman ¿dónde están nuestros representantes en el Congreso de la Unión y en el Senado?
De qué sirve que estén ahí, si no representan a los intereses del sector. Y tienen toda la razón.
Ni la SAGARPA, ni LICONSA, esto por parte del gobierno federal los escucha.
Pero lo peor y más lamentable es que el senador Manuel Cota, líder nacional de la CNC tampoco los “pela”.
Me cuentan lecheros de la región que esta situación ya se la expusieron con palitos y bolitas a su diputado federal, líder de la CNC Sinaloa, Germán Escobar Manjarrez, ¿y qué cree?.
Pues tampoco ha hecho. Ni se ha querido comprometer con ellos.
Eso sí, en campaña, las perlas de la luna…Ya en funciones, ni te conozco.
Eso es lo que pasa con muchos de nuestros políticos.
Hasta mañana.
