¡Arrancan!…Manuel Cárdenas Fonseca

 

 

Ahora si ni para dónde hacerse. El día de hoy inician formalmente las precampañas electorales federales y sálvese quien pueda, porque nos veremos inundados por casi ocho millones y medio de spots radio y televisión de los partidos políticos, más los de las autoridades electorales. Eso sí, tenemos que agradecer que se formaran tres coaliciones, porque si no serían algunos millones más de spots que tendríamos que “fletarnos”.

Serán 60 días de tortura ciudadana en donde escucharemos supuestas propuestas de los candidatos para sus militantes y simpatizantes (entonces ¿por qué tenemos que aguantarlos todos los ciudadanos?), aunque en realidad no sólo se habla a los militantes sino a todos los votantes y no se hacen propuestas sino se promociona la imagen del candidato. Este país de simulación el nuestro en donde existen legislaciones restrictivas que no pueden evitar ser evadidas por el ingenio y el cinismo de los políticos y sus asesores.

Yo he propuesto la disminución mínimo al 50 por ciento de los tiempos de radio y televisión para los partidos políticos, que se han convertido en una verdadera molestia para toda la sociedad y nada le aportan a los ciudadanos. No sé cuándo se decidirá el Congreso a legislar en esta materia.

Lo cierto es que ya tenemos tres flamantes candidatos (que no precandidatos porque no tienen contendientes internos) de los partidos políticos y todo indica que al menos habrá un independiente (si es que se les puede llamar así) o probablemente dos. Pero de hecho lo que arrancó fueron las campañas propiamente dichas (aunque la ley señala que hasta marzo), porque son candidatos únicos en cada una de las coaliciones y ya están empezando a descalificarse entre ellos, sin tomar en cuenta a los ciudadanos.

Estos son los tres mismos candidatos que ya estaban en campaña encubierta desde hace mucho tiempo: Andrés Manuel López Obrador desde hace 12 años, Ricardo Anaya desde hace más de dos años, y José Antonio Meade al menos durante todo 2017.

De López Obrador no había duda de que sería el candidato de su creación Morena, pero de los otros dos corrieron ríos de tinta y opiniones de especialistas y comunicadores que especularon sobre si llegarían o no. Al final todos nos dimos cuenta que nos mintieron con la verdad y que los partidos sólo propiciaron un escenario para que se hablara de quienes en realidad ya habían sido “ungidos”.

Ya hemos visto la pasarela en programas de radio y televisión de estos personajes que buscarán la Presidencia de la República, aún antes de que se registraran como precandidatos. En este país las precampañas y las campañas políticas nunca inician cuando lo marca la ley, siempre se encuentra la forma de promoverse sin violentar directamente las disposiciones legales.

El problema en este período de precampaña es que si el Instituto Nacional Electoral va a permitir que se transmitan o aparezcan en los spots los candidatos únicos, porque hay un porque hay criterios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y de

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establecen que si no hay una contienda interna los candidatos únicos no podrán participar en los spots de precampaña. El INE ha ratificado esta posición y ha señalado que bajará spots donde aparezcan precandidatos únicos, pero esperemos a ver si lo aplica o si se encuentra un resquicio en la ley, para no cumplir con estos criterios. Por lo pronto ya se conocen algunos spots de los partidos que serán transmitidos y en la mayoría de ellos aparecen sus precandidatos únicos. Ya veremos.

Preparémonos para los millones de spots de los partidos políticos, preparémonos para escuchar todo tipo de descalificaciones de los candidatos y guardemos la esperanza de que por ahí se les ocurra que los ciudadanos existimos y somos los que emitimos el voto y nos hagan algunas propuestas serias para responder los graves problemas del país como la inseguridad, la corrupción y la impunidad. A ver si los candidatos se acuerdan que ya es tiempo de trabajar para recuperar la confianza de la sociedad y no sólo para obtener cargos públicos. No dejo de ser optimista.