Por Adrián Simental.
En el séptimo duelo de la final del Oeste en la NBA se midieron Warriors de Golden State y los Rockets de Hosuton, con la serie empatada a tres, buscando ganar el último para avanzar a la gran final de la NBA.
Houston llegó goleado después de la decepcionante derrota que se llevó en el séptimo juego de la serie, cayendo en un juego muy parejo donde por grandes lapsos tuvieron el control del mismo, esta vez los Warriors sabían de la importancia del partido y la complejidad de buscar ganarlo en patio ajeno en el Toyota Center de Houston.
Sin duda un duro golpe que tenían en frente los Rockets era la baja de Chris Paul, que salió lesionado en el quinto juego de la serie y había sido un elemento clave en el éxito de los Rockets para sus victorias.
Paul era esa bujía en la ofensiva que podía generar una buena sociedad junto con James Hardem, ante esto Mike D´Antoni contaba con la alternativa de Eric Gordon un elemento que desde la banca venía brillando y siendo importante para Houston, el primer cuarto pinto parejo aunque al final Houston se llevó 5 puntos de ventaja.
Ya en el segundo cuarto Houston fue mejor con una buena participación de James Hardem que como es su costumbre iba con fuerza a la pintura aprovechando su fuerza para colarse mientras que Gordon con velocidad y aprovechando su habilidad para penetrar el aro.
Al final del segundo cuarto Rockets se fue arriba por 11 puntos, con buenas jugadas de Hardem y Gordon además de Capela y Tucker que también ganaban todo debajo del aro.
Para el tercer cuarto el guion se volvió de terror para Houston el nerviosismo y los errores se adueñaron de los de casa que no la vieron venir en ningún momento, Warriors recobró la memoria y el buen juego, Houston no pudo concretar prácticamente nada, solo encontró 15 puntos y ese tercer cuarto terminaría por matar a los Rockets hasta el final.
A pesar de la baja de Andre Iguodala los Warriors supieron agruparse bien para no extrañarlo Con Draymond Green y Kevin Durant jugando excelente a la defensiva, ganando rebotes y haciendo bloqueos.
Los últimos tres minutos del reloj en el tercer cuarto fueron de pesadilla para los Rockets que no pudieron reaccionar y vieron como Golden State incrementaba su ventaja hasta irse arriba por 7 puntos con un parcial final de 33 a 15 sin duda de escándalo, teniendo como protagonistas a Kevin Duran y Stephen Curry y Klay Thompson que lograban encestar todo lo que tiraban desde tres puntos.
Ya en último cuarto la tónica fue similar con Durant como amo y señor de la duela y Curry y Thompson certeros desde la línea de tres.
Green haciendo su trabajo y ganando todos los rebotes para llevarse una gran ventaja al final con la cual en el cuarto cuarto incluso tuvieron una ventaja de 13 puntos que terminaría por ser factor determinante para el triunfo de los Warriors que llegan a una final de NBA por cuarta temporada consecutiva.