Por Adrián Simental.
Tras la sorpresa de México ante Alemania, suecos y coreanos comenzaron su ilusión mundialista en el Nizhny Stadion de Novgorod, con las certezas de que el margen de error y de puntos en el camino para desperdiciar era minúsculo, entendido así porque en ningún guión estaba que a México que a todas luces era el favorito para pelear el segundo boleto del sector F sacara los tres puntos con el campeón del mundo.
Entonces la imperiosa necesidad para europeos y asiáticos era la de sumar tres también.
Un juego virtuoso en la dinámica comenzó sobre la grama del rectángulo verde, muy parejo en cuanto al dominio en los primeros 25 minutos sistemas tácticos muy parecidos y eso ayudaba para que ambos se neutralizaran.
Andreas Granqvist hacía llamada de atención cuando se iba al frente en los balones parados, resultando una amenaza letal para los coreanos y la necesidad de los asiáticos de no regalar los juegos aéreos pues ahí competirán en desventaja.
Cho Hyun-Woo engrandeció su actuación con una majestuosa intervención tras detener con el pie un remate a quemarropa de Marcus Berg que desde sus botines tuvo la primera clara e increíblemente la dejó ir a centímetros de la línea de gol.
Pasaban los minutos y Corea se establecía en su propio campo pero era algo predecible que en algún momento los asiáticos tendrían los espacios y el tramo para avanzar a campo abierto.
Precisamente fue ahí donde Heung Min Son, era una amenaza el futbolista del Tottenham resulta ser exquisito con campo abierto incluso hubo una acción cerca del minuto 35 que contó como llamada de atención para los suecos a no descuidarlo dejando su suerte a la diosa fortuna al final el mismo Granqvist que se fue al ataque terminó por leer bien la ofensiva y cortar el peligro.
Así transcurrió todo hasta el medio tiempo con un juego que parecía con probabilidad de irse con los ceros hasta el final.
Ya en la segunda parte cerca del minuto 63′ una acción que cambió el rumbo del partido con la intervención del VAR, en primera instancia Joel Aguilar dejó seguir pero después la jugada fue a revisión, tras un centro pasado donde el arquero dejó el balón a la deriva y produjo la desesperación de la defensa por cortar esa acción imperando a una barrida de Kim Min-Woo que alcanzó a tocar al delantero de Suecia y terminaría como penal a favor de los amarillos.
Ya en el paredón de fusilamiento se paró con valentía y arrojó Andreas Granqvist que cobró con mucha personalidad de parte interna y pegado al poste, además engañando a Chao Hyun-Woo para desatar la euforia con un grito de gol mundialista que se guardó por 12 años, obra del experimentado zaguero del Krasnodar.
Tras el gol Corea batalló para sacudirse y la presión de los suecos era notoria sobre su portería.
Shin Tae-Yong mandó a la cancha a Lee Seung-Woo buscando otra referencia en su juego a la ofensiva ya para la recta final.
Pero la desesperación y falta de ideas y claridad para romper la línea buen ordenada de Suecia hizo que los asiáticos cayeran en la desesperación incluso Heung Min-Son se vio rebasado exigiendo de más a su figura.
Se fue el tiempo y con orden Suecia logró el triunfo más soñado en 12 años para su fútbol que los deja en vísperas de luchar hasta el final por acceder a las rondas de K.O.
Mejor jugador: Andreas Granqvist.
Momento Clave: La intervención del VAR.